Opinión

Educar a pensar

SE DEBE educar cómo pensar y no acerca de lo que se debe pensar, pues esto último sería adoctrinar y de lo que se trata es que el pensamiento y la reflexión intelectual se ejerciten libre y espontáneamente, sin más influencia que el conocimiento, ya que, como se sabe, el conocimiento se transmite, la sabiduría no.

A este respecto, es muy elocuente la confesión de Sócrates cuando dijo que, "no puedo enseñar nada a nadie, solo puedo hacerles pensar".

Todo lo anterior nos demuestra que es más importante enseñar a pensar para desarrollar nuestra capacidad cognitiva sin merma de la libertad de reflexión, que inculcar en nuestras mentes los contenidos sobre los que se debe pensar.

Como se sabe, sabio es el que ignora y, en este sentido, es muy elocuente por su originalidad y rotundidad, la frase de Isaac Asimov de que, "en primer lugar, —dice— acabemos con Sócrates porque estoy harto de este invento de que no saber nada es sabiduría".

Pensar es el último reducto intelectual de libertad de nuestra mente, pues ejercitar la actividad de pensar y de reflexionar con libertad es lo que caracteriza y singulariza nuestra naturaleza de seres racionales.

Saber que se sabe lo que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe es la verdadera sabiduría, pues sabio es, según Confucio, "el que sabe qué ignora". Y ese mismo pensamiento tenía Sócrates, cuando dijo "solo sé que no sé nada".

En relación con las anteriores ideas, Lao Tse afirmaba que "saber que no se sabe es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad".

Es evidente que, si pensar es vivir, "cogito ergo sum", como decía Descartes, es más importante pensar cómo se vive que vivir como se piensa.

Todo lo anterior debe entenderse sin caer en el determinismo social que defendía Karl Marx, cuando afirmaba que "no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es el que determina su conciencia".

Según el fisiólogo ruso Iván Pávlov, "nunca pienses que lo sabes todo. Por muy alto que te valores, ten siempre el coraje de decirte a ti mismo: soy un ignorante".

En ese sentido, conviene tener en cuenta que, como dijo Blaise Pascal, "vale más saber alguna cosa de algo que saberlo todo de una cosa".

Como decía Nietzsche, "me angustia la idea de tener mi inteligencia soólo para mí, porque vale más dar que tener".

Es evidente que el conocimiento es, por naturaleza, la facultad de comunicar lo que se sabe, a diferencia de enseñar, que es educar a los demás en lo que uno sabe.

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