Opinión

No tomarás el nombre de España en vano

A veces parecen como niños, con perdón, no se me vaya a enfadar algún infante. Así que el PSOE nos revela su eslógan de precampaña, 'Ahora, España' y va Vox y les enmienda la plana: "Siempre España", que, dicen ellos, no es cosa de invocarla solamente ahora, cuando vienen los comicios. Lo que nos da una idea de por dónde va a ir el discurrir político en las semanas que nos quedan hasta el 10-N en el que todo, todo, menos mal, se va a replantear. 

Hablar de "España' así, sin más, puede considerarse, si se quiere, un claim electoral válido. Son muchos más los españoles que creen en España que los que quieren destruirla, debilitarla o marcharse. Pero no basta: a mí me gustaría saber qué España quieren construir todos, incluyendo aquella formación a la que se reprocha haberse llamado 'Más País', acusándola de haber escamoteado la palabra 'España', como si fuese un término apestado, retrógrado, franquista los que considero esclarecidos se hayan deslizado por esta latría semántica, acusando, me paree que interesadamente, a Errejón de elegir 'País' en lugar de 'España'. Creo que no es la misma la del PSOE que la de Vox, ni creo tampoco que la de Errejón sea de menor calidad que la de, por ejemplo, Ciudadanos, que aprovecha cualquier ocasión para envolverse en la bandera rojigualda como si eso fuese un programa completo de gobierno. 

La palabra 'España' es, para mí, desde luego, mucho más que una palabra

Dos Españas (al menos): la del lema electoral de los socialistas y la de Vox. Y la de los otros. Que me explique cada uno de ellos cómo va a solucionar el problema de la anti-España que se gesta en Cataluña, la desafección que muchos ciudadanos sienten hacia un Estado que piensan que no les representa, hacia unos poderes públicos que abusan en favor propio y en perjuicio del individuo, que somos cada uno de nosotros. Que nos lo expliquen Sánchez, y Casado, que tasca el freno del españolismo exacerbado que muestra Ciudadanos, y creo que hace bien moderando entusiasmos que no son precisamente patriotas, sino voceríos exaltados. No será así, ni dando vueltas todo el día a la figura, a mi juicio digna ya de olvido en el desdén, de Franco, como arreglaremos los grandes déficits de una nación a la que más vale servir con sacrificio, entrega, imaginación y valor que con eslóganes con los que pretender calmar las insatisfacciones de las gentes de la calle con sus representantes. 

La palabra 'España' es, para mí, desde luego, mucho más que una palabra. Por eso no consiento que algunos la malgasten como un mero imán de votos.

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