Opinión

Problemas sanitarios

Una crisis económica no se puede llevar por delante el Sistema Nacional de Salud ni el trabajo extraordinario de las generaciones que nos han precedido

De un tiempo a esta parte llama la atención la cantidad de noticias que aparecen en la prensa, y que nos dan que pensar, sobre la clase médica y sus relaciones con el poder legislativo.

La justicia investiga los contratos a médicos de otros países en un hospital de Puertollano (Ciudad Real), sin títulos homologados, y que como consecuencia de la denuncia del jefe del Servicio correspondiente ya se han abierto diligencias.

Otro caso similar, que salió a la palestra, ocurrió en un hospital de Úbeda (Jaén), y fue el de una anestesista de quirófano venezolana, también sin homologación de la especialidad, y en el que también se podría abrir una investigación judicial.

Desde luego son hechos muy graves y el tema va más allá de la denuncia política o de las organizaciones profesionales. Habrá que controlar que, además de la homologación de médico, tengan también la homologación de médico especialista.

En el Servicio de Oftalmología del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra su jefe presenta la dimisión por la gran lista de espera para operarse de cataratas que existe, de las demoras previas a las consultas y a la actividad quirúrgica extraordinaria. En este caso se achaca el problema a un asunto meramente político y se culpa a la administración. Son evidentes las esperas de 18 meses y, por supuesto, la solución en este caso estaría en cirugías extraordinarias de tarde.

No merece la pena recordar lo ocurrido en Barcelona hace años, cuando por motivos de su edad avanzada dejaron de intervenirse pacientes que llevaban toda su vida cotizando a la Seguridad Social. Este tema causó sensación y puso la piel de gallina no solo a estos pacientes y a sus familiares sino a la sociedad entera.

Una crisis económica no se puede llevar por delante el Sistema Nacional de Salud ni el trabajo extraordinario de las generaciones que nos han precedido entregándonos un sistema de salud excelente desde el punto de vista de la cobertura, de la tecnología, de la farmacología y del diagnóstico.

Tenemos políticos extraordinarios como el Sr. Núñez Feijóo, que en su día ya dijo que había que preservar de la crisis al Sistema Nacional de Salud y que, entre otras cosas, antes de llegar al pago por acto médico, habría que revisar, en términos de equidad, la prestación farmacéutica y la forma de que los ciudadanos colaborasen en ella.

En definitiva, la organización médica precisa una corrección necesaria que con personas adecuadas, tanto médica como políticamente, podrían enmendar estas situaciones.

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