Opinión

Bieito Rubido "cuenta la verdad" del periodismo en sus memorias

EL EXDIRECTOR de La Voz de Galicia y del diario ABC, tras cesar en la dirección de este medio, Bieito Rubido acaba de publicar un interesante libro de análisis sobre la profesión periodística, recuerdos, juicios y memorias bajo el título Decir la verdad. Como cuarenta años de oficio no me hicieron dejar de creer en el periodismo. Es un libro muy denso, de 461 páginas, de esos que deben leerse dos veces para digerir y disfrutan plenamente de sus contenidos.

Bieito ha sido uno de los más brillantes periodistas de este tiempo, habitual contertulio en radios y televisiones, docente de periodismo en una universidad privada, y que ha sido largo tiempo director de ABC, etapa tras la que se ha iniciado en otras aventuras en el universo de la comunicación. El libro se divide en varias partes: ante todo es un severo juicio crítico sobre el propio ejercicio de la profesión periodística en España, en el que no ahorra apreciaciones rotundas hacia los errores, excesos, vanidades y de los periodistas. En ese sentido, desmonta algunas pretensiones que circulan, aseverando que lo que enfáticamente llamamos periodismo de investigación no lo es propiamente siempre, sino que queda en ocasiones reducido a mero periodismo de filtración, por cuanto muchas pretendidas exclusivas son fruto simplemente de una revelación interesada emitida desde la política a conveniencia de quien evacúa la noticia.

Rubido reclama para los periodistas mayor compromiso ético con la verdad y menos dependencia de los políticos y otros poderes que pueden contaminar el mensaje. Se mete, pues, en un terreno pedragoso, sobre todo desde su propia experiencia de haber dirigido un diario conservador con una irrenunciable línea editorial e ideológica. En ese sentido, el libro es un homenaje a la propia historia y todo lo que se ha realizado con el diario ABC, desde su compromiso monárquico a su sentido abierto a reconocer los méritos de otros, del que es expresión el propio premio Mariano de Cavia.

La propia peripecia vital de Bieito al frente de ABC nutre la parte magra del libro, dando cuenta de sus propias recuerdos e impresiones por la serie de experiencias que le proporcionó haberse relacionado al máximo nivel con personalidades de relieve de todos los ámbitos que gobiernan el país, del Gobierno, la cultura, la judicatura, el congreso y la economía, de modo que sus juicios sobre los citados personajes son de lo más variado y no siempre positivo. Esta es una parte especialmente interesante por lo que tiene de relato de proximidad con todos los poderes, antes los que Rubido siempre supo desenvolverse bien.

Tampoco tiene desperdicio lo que escribe sobre los ex presidentes de Gobierno, a los que trató en diverso grado, pero creo que apunta a la diana al describirlos con cierta retranca como corresponde a un ilustre hijo de Cedeira. Debo confesar que el libro me atrajo y lo leí de un tirón, por lo que ahora, tras presentarlo en Vigo, volveré a leerlo de nuevo, como suelo hacer con las obras que realmente me interesan. Hay una lección realista y de humildad en el relato de la experiencia de Rubido en cuanto a que el puesto de director de un periódico es el más comprometido de la redacción Otro aspecto valioso del libro es el que alude a las relaciones del director con la empresa y, sobre todo, a las repetidas presiones que recaen sobre el director desde las más diversas direcciones, a los que no todos saben resistirse. Si bien el libro se centra esencialmente en la etapa del ABC, yo creo que podría haberse detenido un poco más en su periodo como director de La Voz de Galicia, donde recuerda a tan queridos compañeros, y es de destacar un hecho histórico relevante, dado que bajo su dirección, fue el único periódico de España que, pese a la confusión inicial (en la que coincidieron los gobiernos vasco y de Aznar), apuntó certeramente a que la autoría de aquel fatídico 11 de marzo de 2004 fue obra del terrorismo islamista y no, como todos creímos al principio, de ETA.

Quienes, como en mi caso, fuimos sus compañeros en la redacción de La Voz de Galicia en aquellos ya lejanos años 80. Siempre admiramos la cordial bonhomía e inteligente de Bieto Rubido. Es curioso que yo, en estos días, le devuelva un calificativo cariñoso que me dedicó hace años, al considerarme un periodista habilidoso (de lo que no se acordaba). Habilidoso él que desde muy joven hizo una brillante carrera, de la que este libro es sólo una crónica inicial, pues le queda mucho por escribir.

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