UNO DE LOS principios generales del Derecho que surgen de la Ley de las XII Tablas reza así: privilegia ne inrogando, que significa que es contra Derecho el promulgar una ley particular; es decir ,una ley que no sea expresión de la voluntad general y, que por eso, constituya un privilegio (lex privata), como nos enseña el catedrático emérito de Derecho de la Universidad de Vigo, dos veces doctor, don Luis Rodriguez Ennes, autorizada voz en esta materia, al tiempo que recuerda que el propio Rousseau define la Ley como "Expresión de la voluntad general". Pero en España, como es ya ocioso recordar, gracias al Gobierno de progreso del doctor Pedro Sánchez vamos en otra dirección. La elaboración de leyes a la medida particular de los consocios del citado rompe con todos los principios no ya del Derecho y el sentido común, sino de la decencia y la moral.
Por si falta algo en el tenebroso panorama que tenemos ante nosotros en todos los ámbitos donde la Ley, la norma, el Derecho deberían aportar seguridad y tranquilidad a la sociedad, se persevera en la voladura de lo que creíamos asentado. Ayer mismo, sonaba otra alarma: La Asociación de Fiscales, mayoritaria en la carrera, evacuaba un comunicado advirtiendo del riesgo que supone para el Estado la reforma del delito de sedición que pretende perpetrar, que va a perpetrar, el Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos.
Como ya se advirtiera en otras instancias, los fiscales, la organización que agrupa a la mayoría de ellos, denuncia que "la reforma propuesta supone una desprotección del orden constitucional, que es un valor imprescindible para mantener el Estado de Derecho y las garantías de todos los ciudadanos, y que exige tipos penales específicos y penas que cumplan con las funciones preventivo-generales y especiales que le son propias". ¿Qué insulto se les dedicará a éstos, dada la costumbre, como acaba de ocurrir con la Ley del Sí es sí a críticos o discrepantes? Porque como indicamos al principio, los fiscales dicen que "una reforma del Código Penal que responda a "intereses o situaciones de personas concretas". Con ello se desconoce un principio básico del Derecho, que no admite leyes singulares que, por tanto, serían de muy dudosa constitucionalidad"".
