Opinión

Comienza la liga provincial

La temporada 2016 será clave para ver si el equipo de Campos logra gobernar en minoría 



EL PRESIDENTE de la Diputación y alcalde de A Pontenova, el socialista Darío Campos, debió comer las doce uvas con las que entró en el 2016 pensando en los grandes retos que le depara el nuevo año en un cargo al que llegó por sorpresa. Y no es para menos, porque, tras el escándalo del mes de junio en el pleno, que desembocó en un periodo de tres meses de gobierno de la popular Elena Candia; de la moción de censura posterior, que llevó a Campos a la presidencia y tres meses de plenos, en los que parece que los que gobiernan son el PP y el diputado no adscrito, el alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, el inicio del nuevo año marca también el comienzo de una virtual liga provincial, en la que el equipo del bipartito (PSOE-BNG), que gobierna la Diputación desde octubre, tiene como reto primordial ganar la competición demostrando que va a ser capaz de gestionar la institución durante los próximos cuatro años en minoría, bien a través del diálogo o bien a base de decretos de presidencia y a golpe de acuerdos de la junta de gobierno.

A Campos le encantan los símiles futbolístico, un deporte del que es un gran aficionado y al parecer un destacado jugador en sus tiempos mozos, y ya ha convertido en un clásico la cita "partido a partido, como di Simeone", muestra palpable de que el de A Pontenova no toma decisiones por impulso, todo lo contrario, como el mismo dice: "Hai que pensar as cousas ben para que saian regular", aunque a veces la meditación se prolongue en exceso. Ahora ha llegado el momento de la verdad y, siguiendo con los símiles futbolísticos, el estadio de San Marcos está iluminado para los grandes partidos y el presidente tiene que demostrar que es un gran delantero, que controla el balón y que incluso es capaz de marcar goles a la oposición, en lugar de continuar en el puesto de guardameta con poca fortuna, que, pleno tras pleno, encaja tantos del equipo rival.

Hasta ahora, el bipartito de la Diputación parece que ha estado jugando la pretemporada, en la que lo fundamental es ponerse en forma para afrontar lo que viene. En este sentido, la actividad de la Diputación en los tres últimos meses ha sido prácticamente nula, con entrenamientos de bajo rendimiento en las juntas de gobierno, como la aprobación de las ayudas de cultura y deportes o la reducción de las tarifas de recaudación, y con unos encuentros amistosos, en el salón de plenos. en los que hubo de todo menos fraternidad y en los que el equipo del bipartito salió siempre maltrecho.

Con el nuevo año y tras los tres meses de cortesía, comienza la liga de verdad. El primer Clásico al que tendrá que hacer frente el equipo de Campos tiene como trofeo la aprobación del presupuesto para el 2016, un encuentro que va a ser muy disputado y en el que los jugadores van a poner toda la carne sobre el asador, porque, si el gobierno bipartito es derrotado, se encontrará con unas cuentas prorrogadas que lo atarán de pies y manos para desarrollar cualquier proyecto porque, simplemente, no habrá cuartos.

Campos, al margen del "non demos feito" con la que intentó justificar en el último pleno que el proyecto presupuestario aún no esté aprobado, mantiene un total mutismo sobre la estrategia que pretende aplicar sobre el campo de juego de San Marcos para aprobar unas cuentas que, por lo que él mismo dice, no están todavía ultimadas. Está claro que sin el apoyo o la abstención de Manuel Martínez -el PP se descarta, porque sería lo mismo que si el Real Madrid y el Barcelona rompieran con su histórica rivalidad-, los presupuestos no podrán aprobarse y el bipartito sufriría una paliza mayúscula, con lesiones complicadas de curar, porque si populares y no adscrito se ponen de acuerdo pueden modificar totalmente el proyecto del bipartito y, a base de enmiendas, aprobar uno a su gusto.

Pero, al margen del crucial presupuesto, la temporada se presenta con otros grandes retos, como poner a funcionar la red de residencias y conseguir que el precio de sus plazas sea asequible o abrir el centro de recría, en el que todavía queda mucho por hacer.

La liga provincial arranca tras una pretemporada que ha puesto de manifiesto las debilidades del equipo que preside Campos y, aunque ya se sabe que en política las competiciones son prolongadas, de cuatro años, y pueden dar giros de 180 grados en cuestión de días, si el bipartito no se pone las pilas y busca una estrategia de juego que haga viable el resto del mandato, va a quedarse tan colgado en la clasificación que lo de ganar la competición se va a convertir en una quimera.

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