Opinión

Invitado e ignorado

Eduardo Lourenço, "el intelectual más lúcido y humilde de Portugal" en brillante valoración de Alfonso Armada, es el autor de Laberinto da saudade, la llave para descifrar Portugal. Sostiene el intelectual portugués en una larga e interesante entrevista con el periodista y escritor gallego, que publica el Cultural de ABC, que la mitología y cartografía de saudade "es ella misma. Lo que no sé es cómo se constituye tan pronto esa expresión, cuyo origen es galaicoportugués, fundamentalmente galaico". Ahí, en ese concepto, cuenta ya Galicia y Portugal con un nexo común de sentimiento y posición existencial ante el mundo. Esta mínima referencia vale para sostener que Galicia debería ser el puente privilegiado de intercomunicación cultural de España y Portugal. De Portugal y España. El país de al lado es el invitado este año en la Feria del Libro de Madrid. Debería ser una llamada de atención en Galicia. Las polémicas políticas sobre la normativa ortográfica gallega, sobre incorporación y modernización de vocabulario -mirar al portugués o al castellano- pudieron dejar un muro que impide prestar la necesaria y normalizada atención desde Galicia a la cultura portuguesa. Deberíamos estar familiarizados con su literatura, con su actividad intelectual. Es un auténtico disparate económico y una castración cultural situar y mantener a Galicia absolutamente cerrada a la realidad cultural portuguesa. Si en términos de economía solo cabe mirar desde Galicia con cierto optimismo el futuro dentro de una eurorregión que va desde Ferrol a Porto, la actividad cultural gallega necesita para no morir en la nada abrirse a esa sociedad y a ese mercado con el que tiene lazos lingüísticos y todo un alejamiento de acomplejados. Es posible y compatible el encuentro, el ejercicio del papel de puente, preservando las identidades "no antagónicas en absoluto".

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