Opinión

Justo y fraternal

El discurso del Papa en el Congreso de EE UU, en sesión conjunta, deja el titular contra la pena de muerte. Una exigencia lógica en quien defiende la vida.

A modo de apunte, estos son otras mensajes del discurso: 1). La necesidad de la primacía de la política sobre la economía y las finanzas. Y no a la inversa, como parece suceder en demasiadas ocasiones. 2). La necesidad de acogida ''humana, justa y fraterna'' a los emigrantes. 3). El calificativo de ''tierra de la libertad'' y ''patria de los voluntarios'', dedicado a aquel país que destaca en quien tiene un discurso no complaciente.

El prefijo
¿Qué prefijo internacional tendrán las llamadas telefónicas a Cataluña al día siguiente de la independencia? En eso están. Hasta existe una comisión para preparar asuntos tan fundamentales como este para la calidad de vida ciudadana. Cuando se leen o se escuchan problemas de tal calibre, la sospecha de que hoy en Europa la pretensión de fronteras roza, e incluso sobrepasa, el nivel del ridículo o el esperpento se hace patente.

La sinrazón queda más al descubierto que con las grandes advertencias apocalíticas, unas con la boca pequeña y otras con la grande. Por ejemplo, las dos centrales sindicales mayoritarias, editorializaba ayer El Mundo, no se han pronunciado sobre la cuestión catalana. Y, en medio de la catarata de pronunciamientos —supuestos riesgos de corralito incluido—, ¿cómo ha de interpretarse, por ejemplo, que un gran banco europeo negociase estos días para su nueva sede en Barcelona la compra a la Generalitat de un edificio emblemático?

Volvamos al prefijo internacional telefónico, que ocupa y preocupa a algunos. Quizás no a ese gran banco. Un Kosovo independiente tardó siete años en contar con prefijo propio. La comisión que pusieron en marcha los secesionistas en Cataluña ya sabe que el único prefijo que queda libre en Europa es 384. Es un avance.

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