Opinión

Tiempo para políticos

PASADO ESTE PARÉNTESIS de la Semana Santa nos vamos a encontrar esta misma semana, la agenda la fijó Mariano Rajoy y la urgencia los movimientos internos y la proximidad electoral, con las consecuencias que antes se despreciaron de los resultados de las elecciones andaluzas.

Los populares muestran los síntomas de la alarma en declaraciones, no solo de Esperanza Aguirre; en las tensiones, de las que Dolores de Cospedal y sus gentes de Castilla La Mancha acusan recibo en comunicados. Y hacen lo mismo quienes especulan con un nuevo nombre, que aglutine y genere confianza en las filas populares. Apuntan hacia el relevo de Cospedal como secretaria general, de momento. La agenda electoral corre en contra del sosiego y los tiempos para los cambios.  Dentro de los dos grupos de ministros, con dos mujeres como cabezas -Soraya Saénz de Santamaría y Ana Pastor- la lealtad hacia Mariano Rajoy está asegurada. No hay síndrome de UCD.

La cita que Rajoy tiene con la cúpula popular para mañana dirá hasta dónde llega el análisis para ''el cambio de lo que haya que cambiar''. El problema del PP es más que de comunicación, que lo fue y lo es. No acaban de digerir en el PP la presencia de Ciudadanos. La respuesta para desacreditar a su líder en la campaña andaluza fue desacertada. Un problema que el PSOE tiene con Podemos: frente al discurso o la estrategia del silencio aparece la realidad/necesidad del pacto.  Ahí está Susana Díaz en Andalucía. Si ese es el camino, se verá tras las locales y regionales de mayo. Los pronunciamientos de algunas baronías autonómicas no dejan lugar a dudas. El anuncio de paso de página de la política de la transición se llama en realidad nuevas alianzas para acceder al poder.

A partir de las regionales de mayo, se constatará si el tiempo que se abre en la política española no es propicio para la moderación y el encuentro por la línea de templanza.

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