Opinión

¡Ay, Gregorio!

UN DÍA, hace ya varios meses, me desperté de repente y se me dio por pensar que necesitaba algo de aventura en mi vida, así que decidí practicar algún deporte de riesgo. Ni corta ni perezosa, me apunté a un curso de parapente en Cerdedo-Cotobade, pero cuando llegó el día D y subí a lo alto de la Serra do Cando dispuesta a lanzarme con el monitor a los cielos cerdedocotobadeses (madre mía, que gentilicio tan díficil), me entró el miedito y fui incapaz de dar un solo paso adelante. Fue tal mi frustración, que en ese mismo momento me propuse practicar algún otro deporte, pero más tranquilito y apto para miedicas como yo. Esta es la historia de por qué compré mi caña de pescar.

Se preguntarán el motivo de que les cuente todo esto. Lo hago porque este martes me enteré de que el concejal de Urbanismo de Poio, Gregorio Agís, sufrió hace poco una caída y se lastimó varias costillas. Pero no se crean que fue practicando parapente. ¡Qué va! ¡Fue pescando! Así que, ya ven: yo me aficioné a la pesca pensando que así no correría ningún peligro, pero nunca se sabe donde espera un tropezón. En fin, le mando un abrazo a Gregorio para que se recupere pronto, pero sin apretar mucho, para que no le duela.

Y cambiando de tema, no quiero olvidarme de darle la enhorabuena a la Sociedade Cooperativa Galega Hoxe, que hace unos días obtuvo uno de los premios Bacelos de Prata que concede la Asociación Álvaro das Casas.

El jurado reconoció así la labor de esta firma por la inclusión del patrimonio lingüístico gallego en el etiquetado de todas sus marcas, así como en su publicidad en todos los soportes.

El acto de entrega se celebrará el próximo 18 de noviembre en Esposende, Ribadavia, en el Pazo dos Ulloa. Yo les daría otro premio, pero por lo riquísimos que están sus quesos.

Comentarios