Opinión

Compromiso garantizado

EL PONTEVEDRA era colista, no había ni puntuado y ofrecía una imagen de equipo descosido y desorientado tras la disputa de las tres primeras jornadas. No parecía un conjunto de Segunda B y mucha gente empezaba a inquietarse al respecto de su rendimiento. Y entonces habló Carlos Ramos, que, sonriente, explicó que había una buena plantilla y un grupo cohesionado para dar la vuelta a la situación.

A la semana siguiente se expresó Jimmy. El lateral izquierdo santiagués había vivido el descenso con el Compostela, un equipo fabricado para luchar por el play-off. «Esto no tiene nada que ver. Allí parecía que cada uno hacía la guerra por su cuenta. Aquí estamos todos a una».

Los más pesimistas no daban crédito a las palabras ni del uno ni del otro. Pero los hechos parecen haberles dado la razón a los dos futbolistas granates. El Pontevedra, que perdió ayer nuevamente, es un bloque con un notable índice de cohesión y compromiso.

Y esas dos virtudes son de un gran valor en cualquier vestuario que busca superar dificultades y saltar obstáculos en dirección a sus objetivos.

Adrián Léon jugó hace dos domingos con el tobillo todavía inflamado por un esguince sufrido la semana anterior. David Goldar disputó la segunda parte del encuentro contra el Real Madrid Castilla con la nariz destrozada y ha optado por seguir jugando hasta el final del curso, bajo su cuenta y riesgo, contra las recomendaciones médicas.

Esa forma de actuar, que además de ser ejemplar incrementa la competencia interna, es un elemento determinante para creer en cualquier equipo, para tener fe en el bloque de la ciudad del Lérez, en este caso, y para saber que seguirá siendo competitivo, suceda lo que suceda, mientras tenga en su vestuario a tipos como Jimmy, Carlos Ramos, Adrián León o David Goldar.

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