SIN CORBATA y con camisa blanca, Pedro Sánchez arrancó su personal curso político con una conferencia para los desayunos de Europa Press en el hotel Villa Magna, el más lujoso de Madrid. Su discurso, sin embargo, giró sobre la pobreza, la desigualdad y la injusticia social. Propuso un pacto de renta y un plan de rescate para jóvenes pero se volvió a enredar con las naciones de España, algo que causaba murmullo y asombro entre los asistentes, que llenaron el salón principal y uno adicional. Vimos a un Zapatero bastante distraído, Lambán se marchó en plena polémica plurinacional y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, llegó tres cuartos de hora tarde, al parecer por atender a la radio. Sánchez trató de agradar, estuvo amable y comedido, y sobre su peripecia política personal argumentó: «Lo que no te mata te hace más fuerte» explicando que ha adquirido templanza tras su dimisión y su victoria en las primarias socialistas. Sánchez viene para quedarse, pero no es parlamentario. De ahí que extreme sus apariciones hasta el punto de anunciar unos presupuestos alternativos a los del Estado.
