Opinión

El pontevedrés que conquistó Chile

"Con escamosa malla y doble cuera/encima de un dorado castañuelo/que huella el aire vano más que el suelo,/y apenas cabe en toda la ribera,/Parece don Mariño de Lovera/aficionado a tierra mar y cielo,/varón ejercitado en la milicia/y noble caballero de Galicia"

Loaba así el poeta chileno Pedro de Oña a Pedro Mariño de Lobeira, en su poema el Arauco Domado. En Pontevedra recuerda su figura una calle que se sitúa perpendicular a las de Víctor Said Armesto y a la de Monteleón. El Pazo de los Mariño de Lobeira, recientemente restaurado en la calle César boente, se construyó en el s. XVI y es donde se cree que murió, hacia 1479, el escurridizo personaje histórico Tristán de Montenegro, juez de la villa de Pontevedra, caballero y señor de la torre de Montenegro cuando "defendiendo la Puerta de la Galera, defendiendo los castillos de la Puente del burgo" pierde la vida: "Murió de una espingardada cuando se tomó esta villa al conde de Camiña con Pedro Álvarez de Sotomayor". años más tarde fue una fonda y permaneció durante largo tiempo en ruinas; hoy pertenece a la familia Terceiro.


Pedro Mariño de Lobeira (o Lobera) fue un militar y escritor que nació en Pontevedra en 1520 (aunque algunas fuentes sitúan el año en 1528) hermano de Constanza González Mariña (o Mariña de Lobera). Hijo de Hernán Rodríguez de Lobera y Rivera, nombrado por Carlos V regidor perpetuo de Pontevedra y capitán general en su costa de mar, y de Constanza Mariño de las Marinas y Sotomayor; Nieto de Juan Paulos y de Constanza González. Pedro Mariño se casó con Francisca Miranda y tuvieron dos hijos: Ana y Alonso.


Según las crónicas, durante la guerra entre España y Francia su padre lo alistó "mirando por el honor de S.M. le puso la espada en la cinta" y juntos lucharon a favor del rey. Y, "con el permiso y la bendición de Don Hernán", ya como capitán, viajó con su mujer e hijos a américa en 1545, y se instaló en Panamá (Nombre de Dios) y después en Cuba. En un momento dado decide volver a Pontevedra pero no pudo hacerlo porque La Gasca, que se lo encontró en el puerto de La Habana listo para partir, en nombre del Rey le encomendó una misión que lo llevaría a México para comunicar al virrey de este país, Antonio de Mendoza, que vigilara las costas de Nueva España "para que no saliesen auxilios para el traidor Pizarro, alzado con el estandarte real". Pizarro, finalmente fue vencido por las tropas de La Gasca en el valle de Xaquixaguana en 1550, y fue decapitado.

Pedro Mariño vivió unos años en Perú en la ciudad de los Reyes y llegó a Chile en 1551: "Como don Pedro era tan aficionado a las armas, y supo que en el reino de Chile había no poco en que emplearse acerca de esto, por las continuas guerras que hay entre los indios naturales de la tierra y los españoles, púsose en camino para allá adonde llegó el año, de cincuenta, y uno". Chile fue una de las últimas y más remotas zonas descubiertas y conquistadas por los españoles en américa. 

Participó en la cruenta Guerra de Arauco contra el pueblo mapuche. Mariño de Lobeira fue protagonista en primera persona de la conquista de este territorio de la mano del gobernador Pedro de Valdivia, considerado el padre de la patria, fundador de Chile. Valdivia empezó la conquista en 1540 cuando se internó en el territorio con 154 españoles y unos mil indios peruanos. Murió en 1553 en la guerra de arauco contra el pueblo mapuche y existen varias versiones sobre cómo sucedió: una dice que le cortaron la cabeza y la exhibieron sobre una lanza; otra que el guerrero Leucotón le asestó un mazazo mortal en la cabeza; y la versión de Pedro Mariño relata que los indígenas le dieron a beber oro fundido en una olla.

El hijo de Pedro, alonso, le acompañó en algunas de sus campañas y en la batalla de Codico: "Alonso Mariño de Lobera que estuvo cinco días preso entre los adversarios con tres heridas peligrosas y fue libre de las prisiones por la buena diligencia de su padre", que lo liberó, después de una batalla campal con los indios, con nueve jinetes y catorce arcabuceros. A Pedro lo nombran Encomendero y Regidor de la ciudad de Valdivia y posteriormente es elevado a Señorío. Mariño prestó servicios en la conquista de Chile, desde el desierto de Atacama hasta el Cabo de Hornos, durante casi cuatro décadas.


Cuando vuelve a Perú lo nombran corregidor de Canamá. Durante sus últimos años, que los pasó en Lima, Pedro Mariño, dejó escrita su 'Crónica de la conquista de Chile' en 1594, pero "su lenguaje y traza en el escribir, además de ser el que ordinariamente usan los de Galicia, era un hombre ejercitado más en armas que en libros, y la letra que escribía era mal formada". Para ayudarle, a transcribir y dar forma al texto se ofreció el jesuita andaluz Bartolomé de Escobar: "atribuyendo imaginarios discursos á sus personajes", y "entremezclando sutilezas, reflexiones religiosas y repetidas alusiones á la historia bíblica y profana". Se trata de uno de los primeros escritos sobre Chile que existen. El manuscrito original de Mariño de Lobera, a fecha de hoy, no ha aparecido.

Cuando abandonó su vida militar, como no recibió sueldo como soldado, terminó sus días arruinado. Pedro Mariño de Lobeira falleció en Lima (Perú), se desconoce la fecha exacta, sólo sabemos que fue "en los últimos días del año 1594", y no hay datos sobre si su mujer y sus dos hijos volvieron a Pontevedra. Cuentan las crónicas que: "Hallábase en la ciudad de los Reyes, por los años de 1594, un hombre ya viejo, llamado Pedro Mariño de Lovera, que había pasado largos años en el reino de Chile, llevando la vida que era de estilo y uso común en los malos tiempos que corrían, guerreando con los indios, explotando su encomienda".

Mientras Pedro Mariño realizaba su gesta en Chile, otros pontevedreses como Pedro Sarmiento de Gamboa o Isabel Barreto viajaban por el Pacífico en busca de nuevas posesiones para la Corona española. Con este apellido consta en la hemeroteca que falleció en Pontevedra, el 5 de enero de 1907, Luisa Mariño de Lobera viuda de Boullosa.

Fuentes: Crónica del reino de Chile, La idea Moderna, El Diario de Pontevedra por B. Martínez Trijeiro, Almanaque Gallego, Crónica de una guerra sin fin, Bulletin Hispanique, de Fernando Casanueva, El Burgo, un puente con historia de Milagros Bará, www.xenealoxia.org e Historia de la literatura Colonial de Chile de José Toribio Medina. En las fotos: Pazo de los Mariño de Lobeira en Pontevedra y uno de sus escudos.

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