Hace ya mucho tiempo que yo me traigo el chascarrillo de que el personaje más importante del Hola es el equipo que maneja el Photoshop. Y digo equipo porque me parece imposible que una sola persona se pueda encargar de ese trabajo.
Y es que no veo fácil sacar a Ortega Cano en su última portada más joven que hace 30 años, y a su mujer tan glamourosa, eso sí es un milagro y no el del pan y los peces de la Biblia. Lo mismo que conseguir una Terelu esbelta o una Preysler juvenil, como una veinteañera. Y ya no digamos el milagro, ya descubierto, de las fotos de La Panto y su familia, que en ese reportaje se repartió tuneó para todos (hija, hijo y madre).
Esta semana el grupo Mediaset, o lo que viene siendo Tele5 y Sálvame, que deben de odiar mucho a los Panto, le han reventado el secreto mejor guardado a Isabel Pantoja y nos han presentado la realidad del veraneo de la tonadillera y su bañador azul. Así vemos una Pantoja bastante mal conservada para tener 61, con principio de alopecia, que nos descubre el gran parecido con su hijo.
Y además de un bañador que no le favorecía, por estirajado, la pose y el relajo no le ayudaba. Diré que eso es lo más normal, lo que le sucede al 90% de la población, en la que me incluyo, si le pillan de pachanga en bañador, pero no por ello deja de sorprender este antes y después.
Lo mismo que las fotos de Ortega de esta semana, que de tanto retoque le han borrado las arrugas y las facciones y entre el Phothoshop y el Grecian 2000, que se debe poner a litros. Pues en vez de un venerable señor torero retirado de sesenta y tantos parece un Ken de la Barbie de cien años.