Opinión

España en la Casa Blanca

MUY CERCA de donde Luther King tuvo su sueño, ha soñado Rajoy con Trump como maestro de ceremonias. El apoyo de EE.UU. a la unidad de España y la legalidad constitucional vigente en la semana del 1-O no es una casualidad, sino una inapelable jugada de contundencia diplomática. Frente a los intentos fracasados del separatismo por internacionalizar su conflicto, Rajoy ha obtenido un pleno al quince con EE.UU. y la UE. Aunque no ha acudido a la cumbre europea, la Unión ya se había manifestado a favor de la legalidad consciente de que el soplo de la globalización es un vendaval contra el que no puede luchar el secesionismo. Moncloa preparó la reunión de la Casa Blanca, en la que Rajoy recibió un trato VIP. El objetivo era no pasarse de frenada en el rechazo al separatismo, para no favorecer su propaganda mundial. Por eso la rueda de prensa tuvo un claro reparto que fue de la unidad de España a la economía o Venezuela, pasando por la lucha contra el yihadismo y contra la locura bélica con acento coreano.

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