¡VAYA POR DIOS! Ahora todo el mundo se echa las manos a la cabeza por el golpe de Estado en Cataluña. Pero si estaba anunciado y requete anunciando. Lo sabía todo el mundo en España menos la señora vicepresidenta del Gobierno, doña Soraya Sáenz de Santa María, que creyó que con abrir un chiringuito en Barcelona y pasar allí de turista el fin de semana arreglaba el problema. La engañaron como a un chino. Y la van a seguir engañando. Parece mentira, pero no conocen al enemigo al que se enfrentan. Los separatistas son así. Y su visión de la política es, a parte del trinque, la mentira y la deslealtad, la dictadura y el totalitarismo en el que llevan embarcados desde siempre. Se ha mirado para otro lado durante cuarenta años y aquí están las consecuencias. Dinero a espuertas de todos los españoles, autopistas, puertos y aeropuertos, olimpíadas, en fin, concesiones y privilegios por doquier para estos señoritos del separatismo mientras que, en el resto de España, el personal tiene que apretarse el cinturón y comprobar cómo, año tras año, las mayores inversiones de los presupuestos Generales del Estado se van para la finca de estos progres millonarios de Barcelona.
El Estado en Cataluña ha desaparecido. Y lo ha hecho hasta tal punto de que el otro día se intentó asaltar un cuartel de la Guardia Civil y una secretaria judicial tuvo que escapar por el tejado. En Barcelona, el delegado del Gobierno que es un tal Millo, otro separatista camuflado, procedente de Unión Democrática de Cataluña, que manda carallo, ni esta ni se le espera. Se presiona y acollona a los jueces desde hace muchos años, no se cumplen ni las leyes ni las sentencias, se educa a los niños en el odio a España, se prohibe rotular los negocios en el idioma español y comienzan, ya, a marcar y a señalar al disidente enemigo, a los ciudadanos que no son separatistas, como hacen los etarras batasunos en la comunidad vasca. El ciudadano que no es separatista está asustado y si sigue esto así, pasara lo que sucedió en el país Vasco: cientos de miles de personas se marcharan a vivir a otro sitio abandonando su trabajo, su familia y sus amigos. Es el mismo cuento.
Ahora, el ministro De Guindos, dice que si no celebran el referéndum ilegal les va a dar más dinero y más autonomía. No se enteran. Con dinero este asunto no se soluciona. Y es que no se resolvió nunca. Cataluña es junto al país Vasco la región más mimada de España. Privilegios y más privilegios. Concesiones y más concesiones. Y nada de nada. El personal parece no darse cuenta y cree, erróneamente, que no pasa nada. Se equivocan. Después de la guerra civil, este es el episodio más grave al que se enfrenta nuestra nación. España está ya camino de los Balcanes y terminara, si Rajoy no lo remedia, como la antigua yugoslavia, troceada y en la ruina. Las pensiones, las ayudas sociales, la sanidad y la educación estarán bajo mínimos y el Estado del Bienestar quebrado. Más dinero y más privilegios es una mala solución. España es un Estado de Derecho. Una nación moderna y plenamente democrática, con una Constitución aprobada por la inmensa mayoría de los españoles. aplíquela el gobierno sin miedo. Que para eso está. Y no ceda nunca al chantaje. De lo contrario, ya sabemos lo que sucede.
