Opinión

Manos en los bolsillos

LOS HOMBRES Y MUJERES con las manos en los bolsillos desprenden un extraño atractivo. Me resultan muy cercanos. Es su estilo, esa ausencia, la fragilidad, quizá la fatiga o la incógnita. Algunos días irradian confianza, como si el mundo pudiese dirigirse con la mirada, sin tocar nada, para no dejar huellas. A veces no se trata de confianza, sino de hastío, y en ese caso parece que este planeta no tenga gobierno posible. Puede también que se trate de simple frío, señal de que el mundo representa un lugar hostil y gélido, y conviene abrigarse. Sin embargo, cada vez cuesta más encontrar a personas con las dos manos en los bolsillos, pongamos, en una parada de metro o autobús, o en un portal mientras esperan a que baje un amigo o a que deje de llover, o haciendo cola, o caminando distraídos y contentos, como si la soledad fuese alegre.

Es un gesto en decadencia, a lo mejor abandonado por falta de tiempo o de estilo. Me infundió una vaga esperanza una pareja joven a la que hace poco vi en la calle atrapada en un morreo lento, casi extraviado, junto a una farmacia, sin que se vislumbrase el final del beso. Ella tenía las manos perdidas en sus bolsillos y él las suyas en los de ella. Se mecían atrás y adelante, sin necesidad de viento. Me pareció un beso lleno de ingravidez, que no necesitaba agarres.

Aquella esperanza se desvaneció enseguida, pues me cruzaba todo el tiempo con gente que ignoraba sus bolsillos y ocupaba las manos con objetos y aspavientos. ¿Es impresión mía o ahora gesticulamos más que antes? A medida que las horas se han ido llenando de decenas de pequeñas acciones, las manos se han alejado de los bolsillos. ¿Cómo estar seguros de que no veremos el día que esos bolsillos desaparezcan? La teoría de la evolución se alimenta de pequeñas muertes como esa. ¿Acaso tienen sentido los bolsillos sin manos? Aunque ya hay pantalones así, huérfanos, que minusvaloran la necesidad de refugio que experimentan las manos. Es difícil sentirse más desconcertado que en esos instantes ciegos en los que buscas un bolsillo y no lo encuentras.

Mi abuelo tenía la costumbre de llevarse las manos al bolsillo del pantalón y jugar con las monedas y las llaves, que hacía titilar. Sus bolsillos siempre abultaban mucho. Hubo que reforzar su zurcido para que no se les formasen agujeros.

Nunca olvido una frase de Alejandra Pizarnik sobre pantalones y bolsillos que leí en sus ‘Diarios’. En una entrada de agosto de 1955 aparece un comentario alejado de toda la pulsión fatalista que tiñe su obra, y que tiene mucho de enigmático: «Quisiera ser hombre para tener muchos bolsillos».

Estaban atrapados en un morreo lento, casi extraviado, junto a una farmacia

Ahora parece que siempre haya algo que hacer, como sostener un teléfono, lo que nos deja una sola mano para no hacer nada con ella.Estamos ante una decadencia lentamente gestada. Recuerdo cuando en la adolescencia, esa etapa en la que descubrimos el verdadero poder del bolsillo, barría el suelo de la cocina con una única mano,porque la otra estaba en el bolsillo, y mis padres se indignaban conmigo en lugar de admirarse. Se pasaron media vida gritándome «¡Pero saca las manos de los bolsillos!». Ellos pensaban que esa postura acarreaba cierto desprestigio.

Para los padres, la vida práctica e inteligente era incompatible con esa postura, con la que transmitías la idea de que solo estabas interesado en no hacer nada, dejando a otros la iniciativa. No comprendían que querías que todo el mundo te dejase en paz. En plena efervescencia juenil creíamos que las cosas importantes se podían llevar a cabo con las manos en los bolsillos. Me ha llamado siempre la atención, cuando repaso fotos antiguas, de grupo, cómo siempre aparezco con los bolsillos llenos de manos, incapaz de saber qué hacer con ellas. El bolsillo es un refugio. A veces las manos lo buscan sin querer. Por momentos, representan miembros ajenos, conocidos de vista, cuyo peso se vuelve intolerable, y las dejamos en el bolsillo por cansancio, del mismo modo que dejamos una caja pesada en la mesa o el suelo.

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