Opinión

Más colillas

MIREN POR donde, la controvertida, para algunos, ley del tabaco, la que prohíbe caladas en espacios cerrados, pide ser derogada. O que se revise, en aras del progreso y de un reciente descubrimiento: las colillas, según un estudio de la universidad extremeña y un instituto tecnológico de la construcción, son, como habrán leído, un excelente material absorbente del ruido, y dispuestas en tabiques y tapias divisorias, como aislante, mitigaría molestos martilleos de la vecindad. Bien es verdad que no hay mal que por bien no venga, y aunque, generalizando, siempre se consideró a las colillas un asco y un serio problema medioambiental, significaron sin embargo un recurso asequible para quienes no tuvieron más remedio que reutilizarlas, liando cigarrillos en época de escasez, en que la miseria otorgaba escasas alternativas. Visto así y por lo que ahora se nos revela, los rescoldos del tabaco merecen ser reconocidos como elemento positivo, como lo será recuperar a ex adictos a la nicotina en pos del descubrimiento. Son cosas del mundo al revés, que de alguna manera viene a ser el que alimenta avances tan inequívocos. Para algo está la sabiduría.

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