Opinión

Page paga

POR MÁS que se apele a la desconfianza, la credulidad del ser humano es infinita; de no ser así no puede entenderse que muchos políticos sigan gozando del respaldo de los votantes a las que embaucan una y otra vez, sin que importe su merma de credibilidad. García Page, presidente de Castilla-La Mancha, ¿decía la verdad cuando renegaba de Podemos, donde solo veía demonios con rabo, o ahora cuando los glorifica, entronizándolos como santos de su devoción? Es verdad que para el señor Page, que del susanismo militante mutó al prosanchismo de acomodo, supone su salvación, la que le permite seguir gobernando, a cambio también de comprar voluntades, blindando sobresueldos y silencios a altos cargos recelosos. El señor Page, paga. ¿Es lo mejor para los ciudadanos castellano manchegos? Como es obvio, al presidente que sus administrados les guste o no se la trae floja; lo que cuenta es fortalecer su caparazón personal hasta que el cuerpo aguante y le dejen. Claro que no es un caso único, y seguirá habiendo otros, pero tanto descaro rompe todos los moldes. No importa.

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