HAN CONVERTIDO el ejercicio de la actividad política en un circo. en un nuevo patio de Monipodio, lleno de locos, irresponsables, delincuentes, picaros, chantajistas y trileros. Lo que ha sucedido estos días con el presidente regional catalán y sus corifeos, que ha culminado con la payasada de la declaración de independencia es algo absolutamente ridículo. España no se puede permitir esto.
La Historia de España, su gran historia, no se merece esto. Estos políticos de tres al cuarto, han desprestigiado todo lo que tocan. El gobierno autonómico, el Parlamento y las demás instituciones catalanas son, hoy, el hazme reír del mundo por las ocurrencias de unos irresponsables que han llevado a Cataluña hasta el enfrentamiento civil con todo lo que ello supone económica y socialmente. en la calle saludaban la independencia con cava y butifarra, mientras, por otro lado, y en ese mismo momento, Allianz Seguros escapaba de allí y trasladaba su sede a Madrid.
Este mes de octubre se han cumplido 40 años de la firma de los Pactos de la Moncloa. España, se encontraba a finales de los años setenta en plena transición política y azotada de lleno por la crisis del petróleo de 1973, que sumió al país en una gravísima situación económica, clasificada por los medios periodísticos de la época como “explosiva”. En una nación en la que casi el 70% de la energía era importada, el crac del petróleo de 1973, llegó a subir el precio del barril de 1,63 a 14 dólares en solo un año.
La inflación pasó del 16% en 1976 a más del 23% un año después, y la deuda exterior acumulada entre 1973 y 1977 ascendía a 14.000 millones de dólares. Si a ello le añadimos un altísimo endeu damiento empresarial, la fuga de capitales y un creciente paro, que afectaba a casi un millón de personas, nos podemos hacer una idea de las enormes dificultades económicas por las que atravesaba españa. Situación ésta que describió muy claramente el profesor Fuentes Quintana, ministro de economía del primer Gobierno de Adolfo Suárez y principal impulsor de los citados acuerdos, cuando manifestó, públicamente, que: “o los demócratas acaban con la crisis o la crisis acaba con la democracia”. advertencia que caló en la clase dirigente de la época que obró en consecuencia e hizo que el Gobierno diseñase un plan económico que pusiera de acuerdo a todo el arco parlamentario además de los sindicatos y las organizaciones empresariales y que permitiera adoptar una “política de concentración”.
Los Pactos se firmaron el 25 de octubre de 1977 y fueron el fruto de un esfuerzo en común para garantizar la estabilidad del país y el bienestar de sus ciudadanos. Unos acuerdos a los que se llegó por sentido de responsabilidad y porque España tuvo la inmensa suerte de contar con una clase política a la altura de las circunstancias, formada y cabal que persiguió el interés general de todos los españoles. Suárez, calvo Sotelo, Felipe González, Fraga, Carrillo, Tierno Galván, Triginer, Raventós, Ajuriaguerra y Roca, salvaron a esta vieja nación de una catástrofe. Nada que ver con la actualidad de hoy, en donde solo dan la talla Rajoy, Sánchez y Rivera. Afortunadamente.
