ALGUIEN afirmó este miércoles que no se profundiza en la democracia, ignorándola o pisándola en el logro de ese hipoténtico objetivo. Así se retrocede. No se avanza. Alguien recordó también, con la cita de Tarradellas, que en política casi todo está permitido, salvo hacer el ridículo. Probablemente la sesión del Parlamento de Cataluña de este jueves haya destruido muchas razones y haya dañado profundamente la imagen de sociedad avanzada que tenía Cataluña en el resto de España. ¿Cómo se sale, sin llamar a los bomberos, de este choque de trenes que no se han detenido todavía? Toca ahora dejar hacer y confiar en la acción del Gobierno. No es este el tiempo de las críticas o de la atribución de responsabilidades políticas por lo que se hizo o se dejó de hacer.
Iniciativa e indicador
Los datos que Eurostat ofrece de trabajo por cuenta propia dentro de Europa algo deben signifcar de la realidad económica y de mercado laboral de los países. Observemos los extremos, con más y menos: Grecia y Alemania. Dos realidades económicas bien distantes. Grecia, con un 29%, encabeza el mayor porcentaje de trabajadores por cuenta propia, autónomos. En lado contrario, con menos, están Dinamarca, Alemania y Luxemburgo, que no alcanzan el 10%. España se sitúa ligeramente por encima de la media europea, con un 16% de autónomos. El emprendimiento para desarrollar la propia actividad económica y la iniciativa para crear empresa son asignaturas pendientes como mentalidad general entre nosotros. Es algo que debería transmitirse como un valor. Implica no estigmatizar el fracaso. Pero que el trabajo por cuenta propia sea la prinicpal salida para encontrar empleo es otra realidad bien diferente al objetivo de contar con emprendedores.
