Opinión

Libertad informativa y democracia

CADA VEZ me gusta más el sistema democrático, aunque es verdad que aún no hemos llegado a los niveles más altos de su funcionamiento. Pero lo que nadie puede negar es que en la democracia funciona, conciertas dificultades, un elemento que la hace insustituible: la libertad informativa. Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos que una democracia es más perfecta y más sólida en la medida en la que su sistema informativo es capaz de generar un gran volumen de información de calidad que describe la dinamicidad de los elementos estructurales que la sostienen.

Quién podría haber pensado que, en algún momento, este sistema tuviera capacidad de publicar los desmanes cometidos por empresas, empresarios, políticos, e incluso la “curia” judicial. Sabemos que muchas veces este destape, está producido a causa de las campañas electorales. Lo malo es que no se produzcan en el desarrollo cotidiano de la acción política. Únicamente puedo afirmar que en otras épocas, no se podían producir campañas de este tipo, en las que se descubría la “mierda” solamente cuando era de interés para los poderosos mercados. Para comprobarlo sólo hace falta realizar un repaso a la información española de los últimos años. ¡Viva la democracia!

Sí,  que viva la democracia porque hace caer muchas vendas que cubren los ojos de los ciudadanos y nos va enseñando a analizar las causas de las cosas. Artemus Ward afirmaba “que la prensa fue la palanca con la que Arquímedes movió el mundo”.  Actualmente la verdadera política es la honradez, que gracias a la prensa, aunque haya intereses económicos detrás, está siendo aflorada, aunque por desgracia, y como comentaba en un articulo anterior, la honradez está siendo instrumentalizada para convertirla, también, en un instrumento político electoral.

En la democracia, también se descubren las mentiras que muchos políticos realizan ¡Acaso no nos están diciendo continuamente que la economía va bien!  o que estamos superando la crisis, mientras millones de españoles están a un paso de la exclusión, mientras que otros y gracias a eso, cada día son más ricos y poderosos. Como afirmaba Jhon Stuart Mill: “No existe una prueba mejor del progreso de una civilización (o nación)  que la del progreso de la cooperación”.

Gracias a la libertad que ampara la democracia, actualmente, nos podemos preguntar ¿la salida de la crisis ha sido igualitaria y cooperativa?, aunque por desgracia, aún se cumple la sentencia de Alejandro Dumas cuando escribía: “El bien es lento porque va cuesta arriba; el mal es rápido porque va cuesta abajo”.

La obligación de los políticos fue definida muy bien Niceto Lácala Zamora cuando afirmó que “el camino del deber se encuentra frente al sendero del egoísmo” y éste sólo puede ser derrotado por la acción de la prensa, que con sus noticias y denuncias desenmascaran a los hipócritas, gracias a esa libertad que la democracia nos otorga constitucionalmente a todos los ciudadanos.

Muchas veces me planteo, en la dimensión personal, que será más eficaz ¿la militancia en un partido o la capacidad de participar de una profesión como es la periodística? Y creo que cuando los partidos son incapaces de descubrir las verdades sociales a los ciudadanos, deben estar detrás los periódicos detrás, quienes de alguna forma se convierten en el sexto poder  e informan de lo que ocurre ofreciendo un sentido más amplio de una realidad.

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