Opinión

Tecnologías y sociedades

Como consecuencia del terrorismo, ahora de la pandemia, se limitan las libertades y se potencia una necesidad, a veces desproporcionada, de seguridad

Las transformaciones tecnológicas están determinando un nuevo tipo de sociedad que abandona a marchas forzadas su carácter postindustrial, para configurarse como una sociedad del conocimiento y de la información. Esa sociedad del conocimiento y de la información tiene que ser también, y sobre todo, una sociedad humana, profundamente humana, en la cual resplandezcan los derechos fundamentales y la dignidad de las personas.

Esta nueva sociedad que aflora poco a poco, ofrece muchas potencialidades para mejorar la vida de los ciudadanos tanto desde la vertiente pública como desde la privada. Se habla de la nueva economía, de los nuevos canales comerciales, de la nueva democracia, más directa y más participativa, se habla también de nuevas formas de concebir y ejecutar las políticas públicas. Se plantean desafíos y retos relevantes, como la privacidad, la confidencialidad, la desigualdad social. Retos y desafíos que hay que atender y a los que hay que dar respuestas humanas teniendo presente que el pensamiento bipolar e ideologizado sigue presente, más en tiempo de pandemia, en nuestra sociedad, especialmente en materia de libertad y seguridad.

Como consecuencia del terrorismo, ahora de la pandemia, se limitan las libertades y se potencia una necesidad, a veces desproporcionada, de seguridad. En el buen gobierno, en la buena administración del presente hay que pensar que los poderes públicos tienen el gran desafío, protegiendo y mejorando la seguridad de las personas, de mejorar las condiciones para el libre desarrollo solidario de los ciudadanos, no vaya a ser que estemos configurando o construyendo una nueva ideología de la seguridad, una nueva ideología que vaya colocando en un segundo plano los derechos y las libertades y en un primer plano, otra vez, la racionalidad técnica, ahora revestida de las bondades de la seguridad y el control.

Finalmente, la simplificación que puede representar para la organización la puesta en común de recursos, evitando tramites e informaciones innecesarias y duplicaciones de tareas, es clara. Las ventajas de las nuevas tecnologías son evidentes, sobre todo en la perspectiva de recuperar esa vieja idea del pensamiento democrático de que las instituciones son de propiedad ciudadana. Así, las nuevas tecnologías deben mejorar el acceso de los ciudadanos a la Administración y la comunicación de los ciudadanos con la Administración.

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