EL CONGRESO de Podemos en Vista Alegre, esa guerra de personalismos y proyectos, augura un fin de semana de cuchillos largos. Las consecuencias de este duelo fratricida se notarán en Galicia, donde la corriente puede llevar a una posición insostenible a Carmen Santos, secretaria general de la formación morada en esta comunidad. Santos, que ya sufre una fuerte contestación interna, apostó desde el principio por el triunfo de los pablistas en Vistalegre, cuando todavía no se había apartado del «choque de trenes» su valedora, Carolina Bescansa. Tras la elaboración de listas y proyectos se tropezó con la presencia en la candidatura de Iglesias de uno de sus encarnizados enemigos: el médico coruñés José García Buitrón, que desde el vazquismo dio el salto a senador de En Marea. A este fuego amigo, Santos suma el frente abierto con la candidata errejonista Ánxela Rodríguez 'Pam', que le dedicó sonrojantes insultos, y la presencia en la lista de los Anticapitalistas del vigués Nicolás Legido, con quien trabajó en la construcción del Podemos gallego antes de que este dimitiese del Consello Cidadá por discrepancias con la secretaria general. Carmen Santos está cercada ante el congreso autonómico que sucederá al estatal. Dice que dejará el cargo si pierde Iglesias, pero tampoco tiene claro el futuro si no es así ante esa tormenta perfecta que se le avecina y que también tendrá efectos secundarios para En Marea.
