Opinión

Los arrebatos municipodemitas

MADRID HA padecido esa especie de castigo repentino con el que cada cierto tiempo castiga a sus habitantes el Ayuntamiento gobernado por Podemos (y PSOE). Después de poner la Gran Vía patas arriba y de cabrear a todo el mundo, el protocolo anticontaminación sembró el caos en la capital, no resolvió los atascos y generó un desamparo incrédulo a los conductores que le va a quitar votos a Carmena. Al final se supone que Madrid centro se hace para protegernos. Pero en realidad termina repercutiendo en el bolsillo e incrementando la recaudación. Porque el madrileño paga por todo: por las pegatinas, por el párking público, por la renovación eléctrica del vehículo, por las multas, por los taxis, Cabify o Uber y también por el transporte público. El caso es encontrar un pretexto, ecológico o no, para sacarnos la pasta e incomodar al personal. En general, con este Gobierno sociopodemita municipal todo es vigilancia sobre el ciudadano y un constante sin vivir. ¿Qué será lo próximo? ¿Ir a pie a trabajar o prohibirnos existir?

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