Opinión

El color del cristal

Ramón de Campoamor, que fue poeta antes que Senador del Reino de España por Murcia, León y Orense, escribió en 1846 uno de sus versos más célebres: "... Y es que en el mundo traidor, nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira". El poema se titulaba Las dos linternas, y era un lúcido avance premonitorio del doble rasero actual, la doble vara de medir que se aplica en la política del presente siglo XXI.

Y es que el color del cristal con que se miran los problemas sociales de hoy en día incurre en el vicio político del partidismo, lo que muchos llaman sectarismo ideológico. Metidos, como estamos, en campaña electoral, era de esperar que con las encuestas en contra y el descrédito propio del desgaste y las incoherencias gubernamentales, el team Sánchez de campaña usara cualquier medio a su alcance para intentar dar la vuelta a la tortilla.

Se trata de desviar la atención del mayor paro de la UE que tenemos en España, el truco de los fijos discontinuos que maquilla las cifras, los precios y la hipotecas por las nubes, la subida de impuestos que ha permitido la mayor recaudación de la Historia, la derogación del delito de sedición y la rebaja de la corrupción de la malversación para favorecer a Junqueras y Puigdemont, el indulto a los golpistas del procés, el acercamiento y beneficios penitenciarios de los presos etarras o la excarcelación y rebajas de penas a los violadores tras la chapuza de la llamada Ley del solo si es sí.

Hasta en el mayor caso de corrupción de la democracia del fraude de los Ere, Griñán no entra en la cárcel para someterse a un tratamiento contra el cáncer, lo cual es humano y queda plenamente justificado, de no ser por el doble rasero que delata el color del cristal con que se miró un asunto similar como fueron los meses de prisión que cumplió Zaplana aquejado de leucemia.

El socio del PP en Castilla y León, Vox, ha reclamado el foco electoral con enorme ayuda política y mediática del aparato Frankenstein. Lo que unos llaman medidas provida de fomento de la natalidad y la maternidad anunciadas por el gobierno de Mañueco, en la Moncloa lo han bautizado poco menos que de antiabortismo ilegal, como si un simple y voluntario protocolo sanitario para médicos y futuras madres que es el latido del feto pudiera tener mayor rango que la ley del aborto impulsada por Sánchez que permite abortar a los 16 años sin consentimiento de los padres.

Parece cuando menos precipitado que el Gobierno amenace por escrito a la Junta sin conocer dicho protocolo que consiste en ofrecer la posibilidad referida sin obligatoriedad ni incumplimiento alguno de la Ley e insista en el requerimiento pese al desmentido de Mañueco. Quizás aquí fuera pertinente apelar a la verdad y censurar de nuevo la mentira política electoralista.

Los derechos de la mujer parecen estar debidamente protegidos por mucho que el coro oficial fomente lo creación de un peculiar comité de la verdad para desmentir lo que considera "bulos de la derecha" sin ocuparse de los bulos propios. O sea, lo del color del cristal que diría Campoamor.

Comentarios