Opinión

En Eres de la gobernabilidad...

▶...Y en aras de la estabilidad. Consideraciones sobre la sentencia que perturba la investidura de Sánchez
Manuel Chaves. EFE
photo_camera Manuel Chaves. EFE

LA PREGUNTA es: ¿Debe Sánchez gobernar tras la sentencia de los Ere gracias al apoyo podemita del insomnio y del golpismo separatista también condenado? ¿O hay que volver a abrir las urnas por tercera vez en pocos meses para que los españoles voten con todas las consecuencias y datos a su disposición? Porque la sentencia del mayor caso de corrupción de la democracia (68 años de cárcel y 253 de inhabilitación por malversar 680 millones de euros) estaba lista hace tiempo pero se retrasó deliberadamente por supuestos problemas informáticos hasta después del 10-N. Los ciudadanos fueron privados de un hecho objetivo probado y sentenciado por los tribunales de enorme gravedad que de haberse conocido sin modificar los tiempos judiciales podría haber tenido consecuencias electorales. La vaga argumentación del Poder Judicial consiste en decir que se retrasa una sentencia para no influir políticamente en un proceso electoral. Pero eso es un engaño de bobos en toda regla, porque al no dar a conocer una sentencia ya firmada se está influyendo políticamente por el solo hecho de retrasarla. ¿Debe valer ahora la misma vara de medir de la sentencia Gürtel que sirvió para tumbar al Gobierno de Rajoy o la sociedad española ha de dar por bueno el doble rasero de la izquierda que ya no sirve a sus intereses? Porque en su momento sí valió para alterar la mayoría democrática votada en las urnas que otorgó al PP 137 escaños hasta sumar suficientes apoyos que permitieron aprobar unos presupuestos aún hoy en vigencia. En este sentido, Bruselas y la OCDE ya se han pronunciado negativamente contra el abrazo del blindaje antiEre porque pide ajustes a las Cuentas del Estado para corregir gasto, deuda y crecimiento. 

Como ocurre con el veneno de la memoria cuando se utiliza en una sola dirección guerracivilista para beneficio del pensamiento único, la corrupción tampoco puede ser usada contra un solo partido pues contribuye a enfermar la democracia y a desvirtuar la verdad. Estamos en un momento crucial para España mientras las izquierdas y las derechas trampean y compiten en picardías estratégicas sin terminar de hablar claro, como si el bipartidismo crónico que tuitea Iglesias desde el marquesado de Galapagar al valorar la sentencia de los Ere tuviera mucho que callar. La sentencia de los Ere es tan demoledora y dura que pretender aplicarle un cortafuegos de conveniencia para salvar al PSOE, a Sánchez y el pacto del abrazo es como pretender que el comunismo pase por ortodoxia liberal y el separatismo golpista se haya reencarnado de repente en el espíritu constitucional de una España unida sin aspiraciones de república. Cavar una zanja de aislamiento al pasado de la Junta socialista andaluza equivale a aquellas trolas que los niños se inventaban en los recreos para justificar en el suspenso ante los padres. 

Decir que Chaves y Griñan no se han llevado un euro no disculpa un comportamiento sistémico destinado a fidelizar un clientelismo electoral que durante años ha adulterado la decisión de las urnas en el pasado y en el presente, con Felipe, Zapatero y Sánchez, pues todos ellos se han beneficiado de una hegemónica supremacía que reportó y reporta beneficios de poder a costa del dinero público de los parados. Restar importancia a que han sido condenados dos presidentes del PSOE y de la Junta, un vicepresidente del Gobierno de España y tres ministros socialistas sin que eso afecte a la imagen inmaculada del pacto del abrazo es un insulto a la inteligencia colectiva y refleja una imperdonable falta de respeto del partidismo político hacia los españoles y la democracia. Usar la teoría delirante de que las responsabilidades políticas ya están depuradas mediante un fogoso contraataque con la Gürtel hecho por el bien mandado Ábalos que al toque de corneta ventilaron debidamente las terminales mediáticas afines es un fraude poco ejemplarizante y cuando menos perversamente indecoroso. 

En consecuencia, dado que una repetición electoral podría derivar en otro frustrante resultado de ingobernabilidad, la opción que sirve para limpiar la conciencia democrática de los españoles pasa por sumar el máximo apoyo a la estabilidad, la Constitución y la unidad de España. 

Eso significa que con una fórmula de emergencia nacional, llámese patriótica o no, los partidos constitucionalistas dejen en fuera de juego a quienes predican el populismo extremo y buscan liquidar la monarquía parlamentaria resultante de la Transición del régimen del 78 mediante la desestabilización del Estado de Derecho y la implantación unilateral de una República. Es maquiavélicamente vicioso e inmoral mentir a la sociedad al decir que las urnas han dictaminado una coalición sociopodemita con la cooperación necesaria del separatismo condenado. Hay otras sumas más dignas y honestas para España, en forma de coalición o pactos de Estado, mucho más mayoritarias y garantistas para nuestro sistema democrático.

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