Opinión

Estado en el exilio

FUENTES BIEN informadas, conocedoras y próximas al mundo separatista, mantienen que Puigdemont ha entrado en un estado anímico tal que necesita medicación. Esas mismas fuentes dicen que su estado en el exilio le lleva a medicarse porque está «desesperado con tendencia al desquicie desequilibrado» por su encrucijada personal y familiar. Si se frustra, como es lógico, la investidura telemática de Puigdemont, puede haber elecciones catalanas otra vez a finales de mayo. Por eso Carles ve que no tiene otro remedio que volver. Y eso le atormenta. El hecho de que JxCat, ERC y la CUP hayan pactado al presidente del Parlament indica que intentarán cualquier truco para gobernar, lo que sería recurrido al Constitucional. El PSC está desubicado, y el PP de Cataluña siente enorme desgobierno y depresión. Dicen que el actual Delegado del Ejecutivo, Enric Millo, puede ser el nuevo presidente aunque no candidato en caso de elecciones. Como cartel electoral el PP baraja a Esperanza García, que fue diputada autonómica. Ni Andrea Levy ni la ministra Montserrat convencen, por ahora, en Génova.

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