Ausente del pleno más traumático de la democracia desde aquel 23 de febrero de 1981, Pedro Sánchez consumó desde Bruselas otra tropelía más en su larga lista de incumplimientos. Vaya por delante que ni en la vida ni en la política son lo mismo los errores que los incumplimientos. Los errores suelen ser fruto de la incompetencia y los incumplimientos más bien derivan de la mentira. En el error confluyen factores como el despiste, el azar y la impericia manifiesta del gobernante. En el incumplimiento hay una motivación premeditada de conveniencia y circunstancias que incurren en infracción de la obligación pública y, en consecuencia, en un desprecio de las reglas de juego.
Sin remontarnos muy lejos, incumplió Rajoy cuando subió los impuestos forzado por la crisis pese a su promesa de bajarlos. Pero cumplió con la ley cuando fue sometido al chantaje separatista de dos referéndums ilegales. En lo relativo a Pedro Sánchez, los incumplimientos de la palabra dada con el asunto catalán han hecho saltar todas las alarmas de contención democrática y constitucional.
Tanto en el caso de Rajoy con el aumento de presión fiscal para corregir en déficit que ZP dejó bajo las alfombras oficiales como en el caso actual de Sánchez con el separatismo se apeló y apela a que no hay otro remedio para mejorar el bienestar y la convivencia. Pero en el momento presente persiste una acumulación de incumplimientos desmesurada que prueba esa falta de apego a la verdad que hace de la gobernanza un engaño obsceno perpetuo difícil de igualar. Si bien toda verdad o mentira están sometidas a la interpretación, aquí va una pequeña enumeración de incumplimientos en la que seguramente faltan ejemplos:
El primer incumplimiento del que derivan muchos de los demás errores premeditados fue pactar con comunistas, separatistas y herederos políticos de Eta, entregándose a una cruzada de chantajes inasumibles para nuestra democracia constitucional. Sánchez dijo que no lo haría porque eso no le dejaría dormir ni a él ni al 95 por ciento de los españoles. Pero lo hizo y duerme desde 2018 en el colchón de la Moncloa.
Según se ha publicado, Sánchez ha incumplido 1.200 veces la Ley de Transparencia, generando una opacidad más propia de una autocracia bolivariana que de una democracia europea. En la corrupción en la que sustentó la moción de censura que desalojó al PP incumple el juicio neutral según se trate de corruptelas multimillonarias propias como la de los Ere de la Junta socialista andaluza o el caso Gürtel de los populares que si bien es despreciable no alcanza a ser el mayor caso de corrupción de la democracia. El asalto a las instituciones y el ataque constante a la Corona incumplen el propio espíritu de la Constitución, que se contrarresta con la acusación de incumplimiento de la Carta Magna del PP por negarse a la renovación del Poder Judicial y el TC que persigue el poder gobernante.
Un incumplimiento de libro fue la gestión de la pandemia y el estado de alarma declarado inconstitucional. El recorte de libertades de los ciudadanos llegó a amenazar la propia libertad de expresión y prensa con la monitorización de la crítica y la consideración legal de bulo de todo aquello que represente una información contraria al Gobierno. Las escuchas de Pegasus y la posterior modificación de la posición de España respecto a la soberanía del Sáhara sin garantizar la españolidad a futuro de Ceuta y Melilla es un incumplimiento parlamentario del consenso obligado en asuntos de Estado como la política exterior. Se han incumplido la debida transparencia y los derechos humanos en el asalto mortal de la valla de Melilla. Y qué se puede pensar y decir del acercamiento de los presos etarras más sanguinarios al País Vasco, cuya política penitenciaria depende de socios prioritarios como PNV y Bildu.
Puestos a buscar incumplimientos éticos y morales, nos topamos con los indultos, la supresión de la sedición y la rebaja de la malversación para libertar y favorecer a los separatistas condenados y encarcelados por el golpe de 2017. A falta de lo que diga el TC, hay un evidente incumplimiento de la separación de poderes que primero paró la UE y ahora se acomete por la puerta de atrás mediante la fiebre reformista exprés a la carta. Como dice Page, hay incumplimiento al legislar para delincuentes en la malversación y la sedición "pactando con ellos su propia condena", que es lo mismo que se ha hecho con la llamada Ley del ‘sólo sí es sí’ que rebaja penas y excarcela a violadores. Se incumplió con la reformita laboral contra el PP, los autónomos y los empresarios que se quedó en cortina de humo y en un truco para rebajar el paro con fijos discontinuos. De la ley Trans más de lo mismo, porque no estaba escrito que el PSOE se pasara tanto de frenada como Podemos. El mínimo vital se quedó en propaganda, la memoria desmemoriada histórica distingue entre buenos y malos españoles, las ayudas por el volcán de la Palma han sido menores que las visitas de Aló Presidente a la isla, y hay acusaciones fundadas y probadas de nepotismo que representan otra modalidad de incumplimiento, entiéndase maridos de ministras colocados a dedo o ministras designadas fiscales del Estado.
