Opinión

La gran demanda

Del 21 al 22 bajo el síndrome de los Santos Inocentes. Balances del año y el futuro de una España en pandemia política
Pedro Sánchez, en la foto de familia del último Consejo de Ministros del año. EFE
photo_camera Pedro Sánchez, en la foto de familia del último Consejo de Ministros del año. EFE

ADEMÁS del balance del año de Pedro Sánchez, la gran inocentada con la que nos ha despedido el año 2021 y nos ha recibido el año 2022 tuvo tres manifestaciones inequívocas el pasado 28 de diciembre. De un lado, el Consejo de Ministros aprobaba la no derogación de la reforma laboral del PP. De otro, la mayoría ‘scary movie’, también conocida como Frankenstein, daba luz verde a unos presupuestos cuyas cifras y trucos de artificio contable propagandístico no se creen el Banco de España, el FMI o la OCDE, que coloca a nuestro país en el último puesto de sus economías. Y en tercer lugar, el Gobierno concedió la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a 23 exministros del PSOE y PP por "su servicio a la Corona" colando entre los distinguidos al republicano y delirante detractor de la monarquía Pablo Iglesias.

La rueda de prensa del Consejo del Día de los Inocentes parecía el metro en hora punta. Cuando hay que vender humo, la factoría Moncloa suple contenido por cantidad, de modo que colocó a cuatro ministros, cuatro, para explicar las excelencias de la contrarreformita laboral. La vicepresidenta Díaz nos vino a decir que era un día histórico para los trabajadores de España, lo cual es una inocentada más si reparamos en que servirá para eliminar de las listas de paro a 700.000 personas que figurarán como demandantes de empleo en formación o fijos discontinuos aunque seguirán siendo parados. Sin embargo, esta reformilla no liquida la reforma del PP después de comprometer la gran derogación del mundo mundial conocido. Si la CEOE ha aceptado los retoques teniendo a la madre de la reforma en sus filas, la exministra del PP Fátima Báñez, es porque ella ha dado el visto bueno pues no supone una gran modificación de la norma que ha generado empleo en España desde 2012 y ha evitado con los Ertes que el mercado laboral se desplomara con la crisis de la pandemia y su mala gestión gubernamental. El flanco débil lo cubre el PP anunciando de forma preventiva el estudio de un recurso ante la voluntad de los socios de Sánchez de modificar el decreto en su tramitación parlamentaria, lo cual fue acompañado de la advertencia de los empresarios de que no firmarán a futuro en caso de que se cambie una sola coma. Ese es el seguro de vida ante los fuegos de artificio de Sánchez, Díaz, sindicatos, Bildu, ERC, Podemos y PSOE, toda vez que el sanchismo podemita endurece la contratación con el consiguiente riesgo de favorecer el desempleo y dificultar el empleo cuando doblamos a la UE en cifras de paro. Santa Yolanda de Roma hizo de la rueda de prensa del Consejo de Ministros del 28 de diciembre un mitin gaseoso publicitario, recordando por momentos a Leire Pajín cuando dijo que era un «acontecimiento planetario histórico» que Zapatero ostentara la presidencia simbólica temporal de la UE y Obama la de EE.UU.

En el Congreso aseguraban legislatura la coalición y sus socios con unos Presupuestos ficción aprobados por nada menos que 15 formaciones, cada una de su padre y de su madre, aunque buena parte de ellas de extrema izquierda. Eso no deslegitima su mayoría democrática, pero cuestiona la propia fiabilidad de las cuentas del Estado 2022, ya que Sánchez nos ha vuelto a vender recuperación en su balance de ego cuando hizo lo mismo sin éxito en 2020. Todo se supedita a los fondos europeos, porque el BCE dejará de comprar deuda en 2022. Unos fondos cuya transparencia deja mucho que desear por falta de objetividad igualitaria. Y unos presupuestos que, en contra del criterio del Tribunal Constitucional, sirven para aprobar de tapadillo 25 reformas legales poco ligadas a la realidad económica que para Sánchez ha pasado a ser una cuestión de «salud mental y un acelerador de la modernización de España» tras 140.000 muertos. Entre las reformas sí exigidas por Bruselas, la de las pensiones, que ya supuso la primera traición a la CEOE por la subida de las cotizaciones a la Seguridad Social en un 0,6 por ciento, teniendo que asumir las empresas el 0,5.

Pero para inocentada del siglo en lo que va de milenio, la Gran Cruz Carlos III para Pablo Iglesias por «su servicio a la Corona». Y es que suena a burla burlando que se le conceda al exlíder comunista, detractor radical de la monarquía, promotor de caceroladas contra los Reyes e inquisidor Torquemada de Felipe VI y su padre porque la Corona es el impedimento de la III República refundacional del sistema. Para redondear la gran inocentada, Pedro Sánchez hizo un balance del año complaciente consigo mismo y su misma personalidad egocéntrica, usando La Moncloa para restregar a la oposición un triunfalismo indecoroso.

Su maquillaje embustero del precio de la luz quedó desautorizado con la mayor inflación en 30 años, un 6,7 por ciento. El balance de Casado no asumió semejante inocentada, reprochando un 2021 repleto de mentiras, engaños y parálisis en la gestión covid y económica, y pronosticando más de lo mismo en 2022. Se desmiente que la revista ¡Hola! vaya a publicar un súper reportaje de luna de miel entre Casado y Ayuso, aunque, como dice Rajoy, la sangre no llegará al río por conveniencia electoral y amor a las encuestas. 

Fijación con la Corona

LA COALICIÓN PSOE-Podemos, junto a sus socios republicanos, prolonga innecesariamente el destierro del Rey emérito en Abu Dabi. La aseveración no es arriesgada puesto que el propio Sánchez certificó, pues eso, que la Fiscalía depende del Gobierno en gloriosa entrevista oficial. Por tanto, la Fiscalía dependiente del Ejecutivo socialcomunista que lidera la exministra socialista de Justicia y amiga de Garzón, ha prorrogado seis meses más dos diligencias de investigación contra Juan Carlos I relativas a la mediación en las obras del Ave a La Meca y el uso de fondos de un empresario mexicano al que se le otorga categoría peyorativa de tarjetas black. De esta manera, se impide el regreso a España del emérito y se mantiene vivo el espíritu republicano de este Gobierno, toda vez que el Rey padre puede responder de sus posibles responsabilidades punibles desde dentro de España. Esta fijación con la Corona desprende fragancia política más que judicial, y cuestiona de nuevo la independencia de la Fiscalía General del Estado. Perdón, Fiscalía General de Sánchez.

Tambores de guerra electoral

TIENE GUASA, porque los hechos lo desmienten, que la Moncloa denomine su balance del año como "rendición" de cuentas bajo el lema "cumpliendo". En esas arenas movedizas, Sánchez chapotea con maestría para transformar su chut a puerta en un gol por la escuadra a todos los españoles, aunque sólo con preguntas de medios afines. Porque cuando se habla de «rendición» no puede referirse a nadie más que a la resignada sociedad española. Y cuando se afirma con esa rotunda ligereza que está «cumpliendo», se refiere a las exigencias mediante chantaje o no de sus voraces socios y de la UE. Que Sánchez cumpla con Podemos, ERC o Bildu no es el contrato que firmaron con su voto los españoles, pues estos fueron engañados en campaña cuando el entonces candidato socialista decía que jamás pactaría con ellos porque eso le quitaba el sueño. Tanto el balance de Sánchez como el de Casado suenan a tambores de guerra electoral, no sólo en Castilla y León y Andalucía. Que nadie descarte un adelanto nacional, dado que en su habitual desapego a la verdad Sánchez afirma que agotará la Legislatura.