EL PORTAVOZ del PP en el Senado, José Manuel Barreiro, anda estos días en rehabilitación tras un fuerte esguince de tobillo. El derecho, naturalmente. No nos consta que nadie de su partido o de la oposición le haya puesto la zancadilla o le haya entrado en falta. Ni siquiera Pablo Iglesias, que juega al fútbol, y tiene la sede de Podemos cerca de la Cámara Alta. Barreiro, que suele escaparse a Galicia los fines de semana, es un enamorado de Monterroso. Según me cuentan, además de andar en Madrid cuanto puede, aprovecha la terriña para disfrutar del entorno. Y es la cosa que suele subirse a una pared que separa dos fincas para pasar de una a otra a hacer su caminata. Con tan mala pata que pisó en el aire y cayó sobre el tobillo lesionado. Sánchez, que juega al baloncesto, también sabe lo que cuesta curarse un tobillo. Y Rajoy, que camina lento pero seguro, tuvo una lesión muscular este verano antes de ver al Rey. Eso sí, Barreiro, con ayuda de muleta, ha cumplido con su agenda, que es de lo más exigente y apretada.
