Opinión

Sánchez vuelve al estrellato

PEDRO SÁNCHEZ ha vivido esta semana su regreso al estrellato político por certificación oficial. Le ha recibido el rey Felipe VI en el palacio de la Zarzuela y le ha recibido Mariano Rajoy en Moncloa, también con categoría de palacio. Cataluña ha estado en la agenda obligada de los encuentros según nos han ido explicando, aunque los sastres del Estado nunca dan puntada sin hilo. Como es lógico, la Casa Real y Moncloa pactaron las fechas, para que coincidieran en la misma semana, previa al viaje de los monarcas a Reino Unido. Primero el Rey y después el presidente del Gobierno. Tratamiento de líder de la oposición que no le ha gustado nada a Pablo Iglesias y que ha servido para escenificar el frente antiseparatista en la semana de la ley del Referéndum. Sánchez está midiendo mucho sus apariciones mediáticas en previsión de charcos y jardines inoportunos. La gestión de sus silencios —dicen en Ferraz— traza la raya que separa la moderación de la radicalidad; el socialismo centrado, del populismo radical.

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