EL PASADO jueves, como viene siendo habitual, cada 6 de diciembre, se celebra el nacimiento de la Constitución Española, con la particularidad, de que en esta ocasión, se celebra el 40 aniversario de su nacimiento, efemérides que tuvo lugar en el Congreso, con asistencia de diputados y senadores, los reyes eméritos, expresidentes del gobierno, los tres ponentes de la Carta Magna vivos, José Pedro Pérez Llorca, Miguel Herrero y Miquel Roca, presidiendo el acto el Rey Felipe VI.
Inauguró el acto, la presidenta del Cogreso, Ana Pastor, la que a lo largo de su intervención, hizo referencia a los padres de la Constitución, y en su papel de intérprete del sentir general, manifestó entre otras muchas cosas que: "Hoy es el momento de que todos los españoles, renovemos el gran pacto, institucional, porque es lo que el pueblo español demanda".
En su intervención Felipe VI, además de apelar una vez más a la unidad nacional reivindicó el espíritu de la Constitución, "el mayor éxito político de la España contemporánea, que supone el gran pacto nacional de convivencia entre los españoles, por la concordia, la reconciliación, la democracia y la libertad". Como era de esperar, al cumpleaños constitucional, faltaron los representantes autonómicos de siempre, dando la nota, como también es habitual, los representantes de Unidos Podemos y yo me pregunto ¿para qué van?.
Por cierto, que prácticamente, de la mano del aniversario mencionado, llegaron las elecciones andaluzas, con un petardazo que nadie esperaba, ni los protagonistas, la debacle de los socialistas y la llegada de los ultraderechistas al Parlamento de Andalucía. Esta circunstancia, supone que se puede acabar el gobierno de Susana Diaz y que la releve el popular Moreno Bonilla, con el apoyo de Ciudadanos, insuficiente, por lo que tendrá que contar con los 12 diputados de Vox. Tal circunstancia, si se diera, que es posible, iría en contra de sus propios postulados, de que gobierne la lista más votada, pero lo peor, es que gobernar con extremistas de derecha, no sucede en ningún país europeo. Eso no importa, con tal de desalojar al PSOE del gobierno, aunque sea con un grupo político, que se apunta a estar fuera de la Constitución, teniendo en cuenta que pide la abolición del estado autonómico, pretende una actuación en Cataluña más dura que la de Mariano Rajoy, derogación de derechos adquiridos como el aborto y unión de parejas del mismo sexo, tomar medidas contra los inmigrantesy más que no recuerdo, en estos momentos. Para mi, todos los extremismos son malos, tanto de derechas como de izquierdas, pero PP y Cs están en su derecho de alinearse con quien quieran.
Días pasados, los catalanes cansados del sin gobierno del actual impresentable ejecutivo, más pendiente de la imposibilidad de autodeterminación y república catalana, se echaron a la calle para protestar por los recortes y los problemas por los que atraviesan especialmente la sanidad y enseñanza. Manifestación de protesta, a la que se unieron otros colectivos, como los de funcionarios y bomberos. La huelga de la Ciudad Condal no fue la única en Cataluña, también se unieron a la misma los ciudadanos de Girona, Tarragona y Lleida. El gobierno autónomo más preocupado, de otros temas, que del bienestar de los catalanes, se reunió de urgencia para intentar reconducir la situación, especulándose con que ya tendría un principio de acuerdo con los médicos. Como a río revuelto ganancia de pescadores, Pablo Casado no perdió la ocasión para pedir la inmediata aplicación del 155, y como nadie da puntada sin hilo, Quim Torra, echa la culpa de sus problemas al Gobierno de España, ese presidente autonómico, incapaz e inadecuado para el cargo que ocupa tiene una cara que se la pisa. Fin de la cita.
