El líder del PP, Núñez Feijóo, hizo una declaración institucional sin preguntas, que recoge entre otras medidas, una propuesta para cambiar la ley y que gobierne la lista más votada en las elecciones. Pero solo en las municipales. El planteamiento no afectaría las autonómicas, forales o generales, como dijo anteriormente cuando ya anticipó la idea, esta sería de aplicación como y cuando le "interese" a él. Como sucedió en Ourense en los anteriores comicios, que el PSOE fue el partido más votado, sin embargo el expresidente gallego le regaló la Alcaldía a Jácome actual alcalde y tercera fuerza política de la lista.
La primera en rebajar las expectativas sobre las propuestas de su jefe de partido fue la lideresa madrileña de que gobierne la lista más votada. Ayuso no ve mal que si tras los comicios hay más escaños en uno de los bloques gobierne la lista más votada de ese grupo, recordando que ella fue presidenta sin ser la más votada en 2019 cuando Ángel Gabilondo, candidato socialista, ganó las elecciones.
La dirigente del PP añadió que hay que buscar la manera de estudiar opciones como la segunda vuelta, criticando que una minoría como Bildu haya opinado sobre la reforma laboral. Efectivamente, los nacionalistas y demás grupos presentes en la Cámara Baja tienen todos el mismo derecho, un voto y gracias ellos los españoles cuentan con mejoras de toda índole, mientras los "patriotas de las derechas" votaron en contra de todas las leyes aprobadas en el Parlamento que mejoran la vida de los ciudadanos.
Quien calculase que "el magnicidio exprés de Casado" pretendía otra cosa que un nuevo cartel electoral menos chamuscado para el PP , ha tenido muchos meses para comprobar cómo la vida sigue igual en Génova 13. Los populares persisten en el no a todo y la única vez que Feijóo amagó con sellar un pacto con Sánchez para poner fin a 4 años de bloqueo del Poder Judicial, recibió severas advertencias de la derecha mediática madrileña, alineada con las tesis de Ayuso y Vox, para recordar al nuevo líder que con Sánchez no hay nada que negociar. El resultado de esas presiones en forma de editoriales, portadas y homilías radiofónicas –Losantos se permitió una mañana avisar a
Feijóo de que no se le había "traído para esto"–, fue que esa misma tarde el presidente popular rompió un acuerdo solo pendiente de la fecha para anunciarse. Fijado desde hace casi 4 años el marco de la eterna campaña electoral que nos espera, el objetivo es echar a Pedro Sánchez, lo demás es accesorio incluido gobernar con Vox, un acompañante incómodo pero indispensable, por eso le permiten decisiones en contra de derechos adquiridos como en Castilla y León, pero tragan lo que haga falta. Feijóo tiene mala memoria o lo que es peor miente.
En el último debate en el Senado -donde volvió a dejar patente sus limitaciones- tuvo la desfachatez de decir, que durante el Gobierno de Rajoy entre 2013 y 2018, los pensionistas con el 0,25% anual de la subida no perdimos poder adquisitivo. En mi caso calculo que fueron 100 euros cada año que estuvo congelada la subida de mi pensión. Fin de la cita.
