Opinión

Cara y cruz de las autonómicas

Algunas elecciones autonómicas, son más que eso. Son claves para dirigentes nacionales que no concurren directamente a los comicios. Así fue durante cuatro años en las gallegas y vascas del 16 de septiembre de 2016. En aquella ocasión, se saldaron en Madrid de manera diferente para los dos principales líderes nacionales de entonces. Tras ellas, a Pedro Sánchez algunos lo tiraron por la ventana, mientras que a Rajoy, la nueva dirección socialista le facilitó la investidura como presidente del Gobierno, presidencia que le arrebató año y medió después el resucitado, mediante una moción de censura.

La jornada electoral del pasado día 12, dejó dos triunfadores, Urkullo en el País Vasco y Feijóo en Galicia, y un ganador general, el nacionalismo que se refuerza en las dos comunidades autónomas, pero también deja dos importantes perdedores, Pablo Iglesias y Pablo Casado, los cuales quedan políticamente muy tocados. Recordar que el presidente popular, escondió a Álvarez de Toledo durante la campaña y que el nuevo presidente de la Xunta, hizo lo mismo con las siglas del PP. El tercero en discordia, el Partido Socialista, no aprovechó su presencia en el Gobierno, pero no fue excesivamente castigado. Aunque no obtuvo los resultados esperados.

Lo bueno de las noches electorales, es que ninguno pierde. No existe la autocrítica y nadie habla de dimitir. Carlos Iturgaiz, después del fracaso de su candidatura conjunta con Ciudadanos, en lugar de marcharse a donde nunca debió de salir, se declara dispuesto a liderar el futuro de los populares vascos, cuando el presente le dio la espalda por tener un discurso caducado. También fue parecida la reacción del candidato de Podemos en Galicia. Antón Gómez Reino, quien se descolgó diciendo que “los resultados son malos para la comunidad y para España”, cuando han desaparecido del mapa gallego y perdide la mitad de sus diputados en Euskadi. Cinco días después del batacazo electoral, se reunió la Ejecutiva de UP que concluyó que “la debilidad organizativa en esos territorios a causa de las peleas internas de la etapa anterior, son factores de peso para explicar sin paliativos los malos resultados de estos comicios”.

En estos momentos, la actualidad gira en torno a los brotes del Covid que tienen que gestionar las comunidades autónomas, causando extrañeza escuchar algunas declaraciones, especialmente las de Pablo Casado, el mismo que votó en contra de algunas prórrogas del estado de alarma, que reclamó las competencias para las CCAA, acusando al mando único de dictadura, ahora ante los rebrotes dice que el Gobierno debe coordinar y dirigir a las autonomías en materia de sanidad.

Una última reflexión. Que Fernando Simón vaya a Portugal un fin de semana después de 4 meses al pie del cañón durante 24 horas diarias está mal. Pero que Ortega Smith se salte la cuarentena a los 3 días y se plante en un hospital sin mascarilla, con el Covid diagnosticado, está bien. Fin de la cita