Opinión

Feijóo lleva la Justicia a situación límite

Roto el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). No porque no hubiera entendimiento entre los negociadores, que lo había, pero Feijóo cede ante la presión del ala dura de su partido que le ayudó a tumbar a Casado y que no estaba por la labor de favorecer a Sánchez y como el actual líder popular carece de la fuerza política interna necesaria para hacer frente a esa resistencia, decidió romper la negociación, aludiendo a la posible reforma del Código Penal o el delito de sedición. Con esta son 20 las excusas para dar marcha atrás. Lo cierto es que Ayuso y la poderosa oligarquía de la derecha madrileña impusieron su voz una vez más.

Por parte del Gobierno, se asegura que "no se comprometieron a no tocar la sedición como dice el PP, para justificar su ruptura sobre la renovación del CGPJ el pasado jueves. Es lo contrario, llevamos meses diciendo lo mismo y no hubo ninguna novedad. Esta fue una nueva excusa, el acuerdo estaba hecho, pero hay una derecha que no quiere cumplir la Constitución, ni que se llegue a un acuerdo, ni se demuestre la legitimidad del Gobierno. Feijóo perdió crédito como líder. Se amilanó, le faltó autonomía, sucumbió a las presiones de la derecha reaccionaria y a la mediática más radical, dibujando de si mismo un retrato más cerca de una veleta sometida a intereses particulares que al de un sólido liderazgo con un proyecto de país". Félix Bolaños en la SER.

En política, a veces se otorga generosamente la condición de líder a cualquiera que está al frente de un partido, sin que muchos de los que reciben este nombre pasan el corte de lo que se entiende por liderazgo, que viene siendo lo que se define como la influencia ejercida sobre un grupo de personas para incentivarlas en la búsqueda de un objetivo común. El cementerio de la política está lleno de cadáveres de supuestos líderes que no dieron la talla como tales. A Feijóo le temblaron las piernas ante los editoriales de la "prensa amiga", que entendía que Sánchez no era merecedor de ningún acuerdo. El expresidente gallego presume como Rajoy de ser un político previsible, la ruptura de las negociaciones para renovar el CGPJ lo confirmó. Su forma de actuar es una constante en su carrera política.

La ruptura por parte de Feijóo apremiado por una fuerte contestación interna, de un acuerdo que daban por hecho en el Supremo, CGPJ y el Constitucional, dejó a los miembros de estos órganos en shock. En el Alto Tribunal y en el órgano de gobierno de los jueces, intentaban ya el pasado viernes hacerse a la idea de que pueden quedar por delante más de dos años. Un Poder Judicial que retomará las negociaciones para nombrar dos magistrados del Constitucional, tras el portazo del PP a la renovación del Consejo. El Tribunal de Garantías mantiene el propósito de no resolver casos con mayor carga política mientras siga sin renovarse y aunque el líder popular tiene derecho a cambiar una ley no puede imcumplirla, provocando la peor crisis en 40 años llevando a la Justicia a una situación límite. Fin de la cita.

Comentarios