CIERTO QUE es verano y eso lo explica en parte, pero la cosa viene de antes y no hace más que acentuarse. Entre la gente de a pie, cada uno viste como quiere y va como va. Pero entre los representantes políticos hasta hace poco era impensable, desde luego excepcional, ir en mangas de camisa. Y el uso de corbata en los actos oficiales era obligado. Pues visto lo visto ahora de camisas por fuera y camisetas cutres, aquel look tan convencional era muy de agradecer. El que los políticos no usen una vestimenta formal no dignifica la política y sí la degrada, no la acerca al pueblo, sino al populismo, no es un paso adelante, sino lo contrario. Pronto tendremos aquí el chándal tipo Maduro.
