Opinión

Democracia a la española y olé

QUE NO nos vengan a nosotros con eso de que la democracia nació en Atenas. ¡Ja! La democracia está naciendo aquí y ahora o, dicho en latín para mayor pedantería, hicet nunc. La verdadera democracia la estamos pariendo, haciendo en estos gloriosos instantes. Sin irse tan atrás en el tiempo como a la Grecia clásica, que no nos vengan los ingleses o americanos con eso de que son los únicos países ininterrumpidamente democráticos. ¡Jajá! Esas ni son democracias ni ná de ná, mariconadas simplemente. Son esta España y este pueblo español y estos políticos españoles los que están dando forma, por fin, a una democracia comme il faut, dicho esta vez en francés, pero también para mayor pedantería. La nuestra de ahora esla democracia fetén. Mostrémosla, orgullosos, al mundo mundial. 

Su pieza angular, la base, es que ganar unas elecciones ya no vale para nada, ya nada significa. ¿Qué me dice usted? ¿Pero no es la elección directa de cada ciudadano, sumada a todas las demás, la que escoge entre varias opciones la que prefiere para que gobierne su país? ¿No es eso lo más sagrado e intocable en democracia? Amigo, usted no se entera: esta es una democracia representativa. Y ello quier decir que usted no elige al Gobierno, sino a unos representantes que después dirán quien gobierna o, dicho de otra manera, harán cambalaches varios con su voto. Y eso, que pasa en varios otros lugares, estaría bien si los tales representantes, ante todo y sobre todo, respetasen la opinión emanada directamente de las urnas. Porque aquí y ahora, hic et nunc, ya no es que ganar unas elecciones no sea decisivo, sino que es absolutamente irrelevante. He aquí nuestra gran aportación a la democracia universal. 

Claro que tiene que ser muy frustrante no ganar una y otra vez. Pero eso no justifica que el que pierde, y por mucha diferencia, intente sumar con los otros perdedores de variado pelaje para desbancar al holgado ganador. En Galicia tenemos un antiguo y clamoroso ejemplo de esta cara dura democrática, cuando el ganador se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta y los dos perdedores se unieron para gobernar y gobernaron, que era de lo que se trataba. Y ahora en España estamos en esas, que a ver que hace Pedro Sánchez que, perdiendo dos elecciones con el peor resultado de toda la historia de su partido, no parece haber renunciado a ser presidente.

Porque todos los que no votaron a Rajoy, votaron contra Rajoy, dicen los tíos para justificar su asalto al poder. Pues por esa misma y pintoresca regla de tres, todos los que no votaron a Sánchez, muchísimos más, votaron contra Sánchez. Por ejemplo. Y olé.

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