EL NOMBRAMIENTO del nuevo ministro de Economía es todo un ejemplo del estilo Rajoy. Primero: Román Escolano ha acreditado estar sobradamente preparado para el cargo, y esto es lo único que debiera importar, pero estamos en política. Segundo: la tardanza del gran quietista en moverse, dejando que Guindos tuviese que enfrentarse a las acusaciones de seguir en política pese a su designación para la vicepresidencia del Banco Europeo. Tercero: el mutismo o secretismo hasta que al Presidente le dio la gana. Cuarto: pocos políticos hubiesen dejado pasar la oportunista oportunidad de nombrar ministra a una mujer precisamente en estas fechas. Así es Rajoy, para bien y/o para mal.
