Opinión

Lo de Afganistán

Tengo claro que se debe hacer cualquier cosa antes que dejar a los afganos y afganas —aquí sí procede lo de afganos y afganas— a merced de los talibanes. Cualquier cosa, hasta invadir Afganistán otra vez y ya

RECUERDO UNA encendida discusión que tuve con dos buenos amigos —lo siguen siendo, por supuesto— cuando los Estados Unidos y aliados invadieron el Afganistán de los talibanes y los echaron del poder. Estos amigos son gente de izquierdas, pero de una izquierda no extremista, civilizada; además, aunque eso no quiere decir demasiado en ciertos casos, son gente de esmerada educación y notable cultura. Dicho esto, cuál no sería mi sorpresa cuando se manifestaron contrarios a la intervención americana en aquel infierno de brutal opresión islamista. Justificaban —justificaban para ellos— su postura en rancios argumentos antiimperialistas y en que a las cosas no se arreglaban así, que había que dejar a los afganos la tarea de liberarse del horror de aquella tiranía. Me quedé perplejo y —ya dije— discutimos acaloradamente. Entonces me reafirmé en lo que ya había barruntado con la invasión de Irak, que la izquierda —incluso la moderada y culta— se había quedado anclada en algunos clichés que quizá en su tiempo fueron progresistas, pero que ahora eran claramente reaccionarios y, desde luego, ineficaces, cuando no nocivos.

No sé si esos amigos y toda la izquierda que pensaba como ellos habrán sentido confirmado su rechazo a la invasión con esta desastrosa retirada occidental de Afganistán y la vuelta al poder de los talibanes. Pero también aquí discrepo, pese a que la retirada es vergonzosa y de consecuencias trágicas. Esos años en que las tropas extranjeras —como siempre, principalmente americanas— mantuvieron a raya a los talibanes, pudo crecer casi libremente una generación y muchas personas de bien, principalmente mujeres, pudieron respirar. Probablemente ahora sus vidas vuelvan a la oscuridad, al miedo y a la humillación, pero por lo menos habrán conocido una época mejor y más luminosa, lo que no hubiera ocurrido si la ocupación no se hubiese producido, tal como defendían algunos que se tenían y se seguirán teniendo por progresistas.

Si fuese posible, el mundo civilizado —civilizado, al menos, por comparación— debiera intervenir en todos aquellos lugares del mundo donde la barbarie más descarnada tiene el poder. Intervenir militarmente, pues a los talibanes y similares no se les hace cambiar de rumbo con diálogo ni con cursillos educativos. Y quedarse allí todo el tiempo que hiciese falta, per saecula saeculorum, si fuese menester. Y cuando digo "debiera intervenir" me refiero a un deber ético. Ético, aunque suponga una guerra, que en todo caso sería una guerra contra el mal. Ya sé que esto es pura elucubración y que mil objeciones y problemas prácticos se oponen a su realización. Pero tengo claro que se debe hacer cualquier cosa antes que dejar a los afganos y afganas —aquí sí procede lo de afganos y afganas— a merced de los talibanes. Cualquier cosa, hasta invadir Afganistán otra vez y ya.

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