Opinión

Andalucía se tiñe de azul

LA ÚNICA incógnita que faltaba por despejar de las elecciones en Andalucía era la magnitud de la victoria del PP y conocido tan espectacular resultado se pueden extraer varias conclusiones.

Una. Los andaluces refrendaron con mayoría absoluta holgada la gestión de Moreno Bonilla que gobernó desde la centralidad y la moderación. Dinamizó la economía, atrajo inversiones, aumentó el empleo, bajó impuestos, eliminó burocracia y acometió la regeneración institucional, que acabó con la corrupción sistémica de los gobiernos socialistas.

Dos. Los resultados confirman también que el voto deja de ser una opción identitaria y se centra en reconocer y recompensar la gestión política. Moreno Bonilla demostró que la derecha sabe gobernar, no disfruta castigando a la gente, ni acabó con el Estado de bienestar, clichés utilizados por la izquierda en su contra.

Tres. Andalucía levantó el veto al Partido Popular y con Moreno triunfa la fuerza del ‘efecto Feijóo’, que en su primer pulso con Sánchez sale claro ganador. El discurso de Feijoo cotiza al alza frente a las políticas de las que tanto presumió Sánchez en la campaña, que fueron rechazadas en las urnas en la persona de su candidato Juan Espadas, que empeoró el resultado de Susana Díaz. El desastre del socialismo es mayor por la pérdida de la provincia de Sevilla, la joya de la corona socialista y cuna de sus grandes dirigentes.

Cuatro. Estos resultados anticipan un cambio de ciclo. Son como la punta de lanza que abre el camino de Feijóo hacia la Moncloa. Todo indica que el discurso de Sánchez y su gobernanza están agotados, ya no son creíbles.

Cinco. Un apunte sobre los candidatos: Juan Espadas cargó con el lastre de Sánchez, que resta; de Zapatero, que reivindicó a Chaves y Griñán, condenados por los Ere y de Adriana Lastra, que llamó a votar para no tener que rodear el Congreso.

Seis. Macarena Olona hizo una campaña radical y desenfocada. Los andaluces no están crispados o en estado de cabreo. Juan Marin participó en el gobierno de Moreno con solvencia y lealtad, pero fue víctima de su partido, una marca amortizada por el electorado español.

Ocho. El electorado castigó la división de Por Andalucía, de Inma Nieto y Adelante Andalucía, de Teresa Rodríguez. Yolanda Díaz apoyó Por Andalucía como parte de su proyecto Sumar. Este resultado y la imputación de Colau y Oltra, son dos reveses que pueden hacerlo fracasar.

Final. Ahora, a trabajar. Los nuevos diputados deben poner todas sus capacidades al servicio de la tierra andaluza desde el puesto en el que los colocaron los electores.

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