Opinión

Cuatro días laborables

Se cumple de nuevo lo que dijo Winston Churchill, que "la política hace extraños compañeros de cama" 

Ya se conoce el destino de 50 millones de los fondos europeos: se emplearán en un programa piloto para "investigar" si la semana laboral de cuatro días es viable, aplicable y en qué empresas. Es el precio que fijó Íñigo Errejón que lidera a Más País-Equo -dos diputados- para apoyar la convalidación del Decreto que regula la gestión de los 140.000 millones del programa Next Generation UE.

Dice Errejón que este proyecto piloto servirá para que las empresas que se acojan a él puedan "aumentar su productividad, disminuir su impacto ambiental, mejorar la salud y favorecer la conciliación de sus empleados". Está bien explorar nuevas alternativas laborales, como esta que implican un cambio de mentalidad para poner más énfasis en la productividad, que no se mide solo por las horas encadenadas en la oficina.

Pero en este caso hay más preguntas que respuestas. La primera, ¿es este el momento de destinar 50 millones -¡una pasta!- a esa probatura cuando se regatean ayudas al CSIC para investigar la vacuna, a la hostelería, al comercio y a los autónomos para salir de la asfixia económica? ¿Qué pensarán los cerca de cuatro millones de parados de esta iniciativa que parece concebida para trabajadores de cuello blanco?

Segunda pregunta, ¿es garantía de rigor y seriedad que esté al frente de esta experiencia Más País-Equo que tiene dos diputados? En el historial laboral de Errejón no consta que haya trabajado en empresa alguna y en su etapa académica cobró una beca en la Universidad de Málaga sin que presentara los resultados de la investigación. Por eso, este experimento puede acabar en un informe en modo corta y pega y unas prácticas en un par de empresas amigas para cumplir el expediente y coger la pasta.

La tercera: ¿cómo explicar esta lluvia de millones si el ministro Escrivá dice que la semana laboral de cuatro días es para países con pleno empleo y en España no hay margen para su implantación? Esta pregunta sí tiene respuesta en el mercadeo de votos previo a las votaciones que maneja el Gobierno necesitado, que va comprando burras a cambio de mantener su telderete. Tan necesitado está que hasta el presidente agradeció la abstención de Vox que siempre calificó de facha y ahora elogia impúdicamente su "sentido de Estado". De nuevo se cumple lo que dijo Churchill, que "la política hace extraños compañeros de cama". 

Hay otra explicación a este dispendio de 50 millones. Doña Carmen Calvo, que negoció los votos de Errejón, dijo hace años que el dinero público no es de nadie. "Ahí está el detalle", decía el genial Cantinflas.

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