Opinión

El Círculo Financiero de Galicia

HACE UN año nacía el Círculo Financiero de Galicia, entidad resultante de la unión del Club Financiero Atlántico de A Coruña, el Club Financiero de Santiago y el Círculo de Empresarios de Vigo que ponían las instalaciones y actividades de cada uno a disposición de todos.

El objetivo fundacional era buscar sinergias para impulsar y potenciar el desarrollo de proyectos de los empresarios y profesionales gallegos en un amplio marco de colaboración. Decía entonces Roberto Pereira, presidente del Club Financiero de Santiago y uno de los impulsores del Círculo, que "esta alianza acaba con los localismos, que son un obstáculo para el desarrollo y crecimiento de Galicia".

No conozco las interioridades del Círculo, pero visto desde fuera todo indica que está consiguiendo sumar esfuerzos y estrechar relaciones entre los empresarios, incluidos sus colegas de Ourense y Lugo que también son Galicia. Al menos esto se deduce de la celebración de su primer aniversario que el pasado día 3 reunió en Santiago a lo más granado de la política y la economía de Galicia.

Solo falta que no defraude al empresariado y a los gallegos que ya hemos superado los enredos del particularismo localista

El Presidente de la Xunta se mostró "sorprendido e ilusionado" por el "poder de convocatoria del CFG" y en su intervención —que recojo de los periódicos porque el gabinete de prensa de la Xunta no tuvo a bien enviármela— destacó "su compromiso con el progreso económico de Galicia y el valor del trabajo realizado desde la unidad para abordar objetivos de futuro".

En el idioma del presidente, esta iniciativa significa superar barreras internas y acabar con "el discurso de la Galicia del Norte y la del Sur" y es un paso importante para la construcción del país con procesos de integración —como el de la cooperativa láctea Clun, que también cumple un año— que alumbran nuevas estructuras en una comunidad de propósitos para alcanzar juntos metas más grandes.

¿Será el Círculo la voz empresarial que sustituya a la Confederación de Empresarios de Galicia? La "opinión publicada" permite concluir que la CEG no suma, gasta sus energías y los recursos de la generosa subvención pública en intrigas y luchas por el poder. Representa el pasado.

Por contra, el Círculo, cuyos asociados controlan un alto porcentaje del PIB de Galicia, rompe con ese pasado tenebroso y echa a andar como plataforma de actuación conjunta para alcanzar objetivos colectivos. Solo falta que no defraude al empresariado y a los gallegos que ya hemos superado los enredos del particularismo localista.

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