Opinión

Las primarias del PSOE

DESPUÉS DE la batalla de las primarias, el PSOE sale más dividido —también en Galicia— y emprende un camino que no parece el mejor para la estabilidad del país. Por tanto, parafraseando a Pío Cabanillas, no sé quiénes, pero perderemos todos. Como perdieron tres referentes del socialismo de la etapa moderna cuya lucidez, pese a la derrota de su candidata, da pie para otras tantas reflexiones.

El primero es Alfonso Guerra, que en diciembre del año pasado dijo que "el odio a la derecha, por muchos méritos que haga, no puede ser el programa del PSOE. Lo importante es tener un proyecto de futuro para la nación". Pues el odio cordial a Rajoy y echar a la derecha del poder fueron el eje del discurso del nuevo secretario general que, a estas alturas, debería saber que para desalojar al inquilino de La Moncloa hay que presentar políticas alternativas, creíbles y cautivadoras.

Del PSOE de la era moderna salieron gobiernos de progreso que impulsaron reformas y medidas que mejoraron la vida de los españoles

El segundo referente es Felipe González. En noviembre dudaba de que Pedro Sánchez "pueda hablar durante más de media hora sobre sus propuestas para Espa- ña". De esta forma retrataba las carencias intelectuales y políticas de su discurso, extrapolables a los otros dos candidatos.

Parece claro que sin cierta solidez intelectual se pueden ganar las primarias, pero no se gana el liderazgo para "coser" el partido e impulsar un programa de gobierno para el país. Su relato mutante es tan endeble que mucha gente no le encomendaría la gestión de su comunidad de vecinos.

Rubalcaba —el tercer referente—, en vísperas de las anteriores primarias de 2014 confesó a dirigentes de su confianza que pasarán varios secretarios generales "antes de que el PSOE gane unas elecciones". El ahora profesor Rubalcaba, vistas las enemistades personales, la fractura interna y la falta de ideas y principios, tendrá serias dudas sobre la posibilidad de recuperación de su partido.

La militancia eligió la frivolidad, ya no considera referentes a estos tres personajes. Pero los tres son políticos que gobernaron muchos años y aplicaron políticas que hoy siguen siendo una referencia porque catapultaron al país hacia la modernidad. Tienen sentido de Estado, entienden lo que significa la estabilidad de España.

En fin, que del PSOE de la era moderna salieron gobiernos de progreso que impulsaron reformas y medidas que mejoraron la vida de los españoles. Al nuevo secretario general le espera la tarea de reconstruirlo y presentarlo como alternativa. Que la suerte le acompañe.

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