Opinión

¿Sindicalistas o pícaros?

ANDALUCÍA ES tierra grande y hermosa y con cierta frecuencia también es fuente de noticias insólitas que no ocurren en otros lugares del país. Hace pocos días se conoció el caso de dos trabajadores del Ayuntamiento de Jerez y sindicalistas de la Confederación General del Trabajo -CGT- que, según la información publicada, han estado 15 años cobrando por desempeñar un puesto de trabajo al que no acudían.

La situación irregular fue detectada en un control horario y de asistencia al trabajo que en un principio descubrió que los dos representantes de los trabajadores llevaban todo el año pasado y lo que va de este sin acudir a sus puestos de conductor y de jardinero, "excediendo las horas sindicales de que disponían y sin tener acumulación de horas de otros representantes sindicales".

Seguramente estamos ante un caso puntual y aislado protagonizado por estos sindicalistas de la CGT –aunque también se detectaron irregularidades en el Sindicato de la Policía Local– que reprodujeron conductas de la vieja picaresca situándose con soltura fuera de la ley en el cumplimiento de sus funciones laborales y cabe pensar que tampoco ejercieron la representación sindical.

Pero la actitud de estos individuos representa un borrón más en el sindicalismo andaluz que no sobresale por la ejemplaridad después de su papel en los ERE y en la falsificación de facturas para apropiarse de fondos de los cursos de formación. Uno de los episodios más vergonzosos se produjo cuando un grupo de sindicalistas abucheó a la juez Ayala para intimidarla por investigar el comportamiento corrupto de los propios sindicatos.

Comentada la noticia no sabría discernir qué es más insólito, si que dos ‘trabajadores’ no acudan a sus puestos durante 15 años o que Recursos Humanos y demás gestores del consistorio jerezano tarden tres lustros en descubrir tamaña irregularidad. Juzguen ustedes y saquen sus conclusiones.

También llama la atención la defensa que hace el secretario general de la CGT de los dos afectados alegando que todo se debe "a un verdadero atentado contra la libertad sindical". Está fuera de la realidad porque nadie cuestiona la libertad sindical o el papel de los sindicatos, solo se cuestiona el amparo de conductas deleznables.

Por eso, estas organizaciones deberían desprenderse de esa imagen de "burócratas subvencionados que no dan palo al agua" y recuperar el rigor en su misión de servicio y defensa de los trabajadores.

Está fuera de la realidad porque nadie cuestiona la libertad sindical o el papel de los sindicatos, solo se cuestiona el amparo de conductas deleznables

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