Opinión

¡Nosotros somos el caos!

EL SEMANARIO Hermano Lobo abría el número del 2 de agosto de 1975 con una viñeta de Chumy Chúmez en la que un político mitineaba presentando al auditorio su oferta que creía irrechazable: "¡O nosotros o el caos!", decía. "¡El caos!, ¡el caos!", contestó la gente, a lo que el político respondió "¡Es igual, también somos nosotros!".

Aquella viñeta de hace 47 años es aplicable al gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez que desde hace meses es lo más parecido al caos. Está protagonizando una mala gestión económica, deteriora la democracia colonizando las instituciones, toma decisiones muy cuestionables y pisa todos los charcos. Ahora, como si fuera una superficie comercial, está inmerso en la "quincena del espionaje", un nuevo lío que abochorna a los españoles.

Primero quisieron neutralizar "las escuchas" sentando a sus socios independentistas y a más enemigos del Estado en la Comisión de secretos oficiales. Después, para apaciguarlos, Bolaños informó ¡urbi et orbe! —lo que no hace ningún país del mundo— del hackeo externo del móvil del presidente y de la ministra de Defensa con un "nosotros también somos espiados". Un caos en la gestión de un asunto delicado, propio de un espectáculo circense.

Ver sentados en la Comisión de secretos Oficiales a quienes quieren destruir el Estado; ver la tensión entre Presidencia y Defensa; ver a los podemitas del Gobierno y a los independentistas condenados arremetiendo con saña contra la ministra Robles y la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por cumplir legalmente con su misión de proteger al Estado, genera perplejidad en los ciudadanos, preocupados por la seguridad de España, que es nuestra propia seguridad.

El caso Pegasus deparará más sorpresas. Hasta ahora muestra a un Gobierno desbordado y a la defensiva, que avergüenza a los españoles, hace el ridículo ante los gobiernos del entorno europeo y occidental y degrada la imagen de España hasta límites increíbles. ¿Alguien cree que los servicios de inteligencia extranjeros que intercambian informaciones sensibles con el CNI se fían de este Gobierno que desprestigia al propio CNI y abre la Comisión de secretos oficiales a los que no creen en España y Europa?

¿Cómo acabará este esperpento? La continuidad de Robles y de la directora del CNI depende de que el presidente decida si a él le conviene o no, que parece es lo único que le importa. A la imagen de España, del CNI y a la seguridad del Estado… ¡que les den!.

El caos del gobierno es así. Por eso, parafraseando la letra del himno inglés, ¡que Dios salve al España!

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