Opinión

Por Alberto Núñez Jr

NO ES SOLO una norma de cortesía, lo digo de corazón. Mis felicitaciones a Alberto Núñez Feijóo por su victoria en las elecciones del domingo. En unos tiempos en los que las mayorías absolutas parecen una quimera y en el que en los Parlamentos hay más casi más partidos que parlamentarios, que Núñez Feijóo haya conseguido por cuarta vez la confianza mayoritaria de los gallegos merece una sincera felicitación.

Cierto es, y quienes siguen esta sección podrán corroborarlo, que, a pesar de mi condición de persona de centroderecha liberal, en no pocas ocasiones me he manifestado de forma crítica contra determinadas políticas... o mejor sería decir contra la inexistencia de determinadas políticas por parte del Gobierno de la Xunta que puedan ayudar a Galicia a salir de las últimas posiciones en algunos de los más importantes indicadores económicos comparativos. En los últimos años hemos perdido competitividad, exportamos menos, tenemos menos empleo, menor capacidad productiva... Y, sinceramente, creo que Núñez Feijóo no ha ofrecido una respuesta ni ha implementado medidas dirigidas a revertir esta situación.

Dicho lo cual, creo fervientemente que esta legislatura va a ser distinta y que los cuatro años que afrontamos por delante van a ser positivos. ¿Y dónde fundamento este arrebato de optimismo? En el hecho que cuando en 2016 Feijóo accedió a la presidencia de la Xunta no era padre y hoy sí. 

seguro que no faltara quien considere este razonamiento frívolo o carente de rigor. Pero no lo es en absoluto. Quienes somos padres sabemos que desde el momento en que aparecen en tu vida los hijos, nada vuelve a ser lo mismo. Y no se trata solo de un cambio de hábitos o de prioridades. Ni de algo que afecte tan solo al terreno personal o familiar. No, se trata de algo mucho más profundo que irremediablemente afecta a todos los ámbitos de nuestra vida. Por eso estoy convencido que muchas cosas van a ser distintas en el Feijóo de esta legislatura.

Todos los padres queremos un futuro mejor para nuestros hijos. Cuánto más aquellos que tienen en sus manos las herramientas que pueden propiciarlo. Todos queremos que se formen y que desarrollen su actividad profesional en nuestra comunidad. Y que si no es así sea porque ellos quieren o porque tienen una oferta en el exterior mucho mejor. Pero no por el mero hecho de verse obligados a marcharse para buscarse la vida porque ahí les es del todo imposible, como a muchos les está ocurriendo en la actualidad.

Estoy  convencido  de  que Núñez Feijóo va a ser sensible al hecho de que la sociedad gallega le haya vuelto a dar un cheque en blanco. Y de que va a cumplir con esa promesa de procurar una Galicia mejor, en la que tengamos un futuro prometedor. Porque si lo es para nosotros, también lo será para Albertito. Y al revés, si lo es para su hijo, también lo será para todos los gallegos. De ahí mi optimismo.