Opinión

No basta con reducir impuestos

Pillan a Antonio Banderas con la actriz Lorena Calero entrando en el edificio donde vive a altas horas de la madrugada en Málaga

La situación está que arde y no está el personal para bromas ni frivolidades. Bastante estamos aguantando ya. En otros tiempos, por bastante menos ya se habría montado una revuelta. Pero si algo hemos aprendido en estos últimos años es a ser unos sufridos. Por no decir unos sumisos. Pero de ahí a que se nos rían a la cara, va un trecho.

Y reírse en la cara de los españoles es lo que hizo el alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, cuando hace unos días, en un debate sobre la seguridad de Europa en el Parlamento continental recomendó que los ciudadanos “bajen la calefacción de sus casas”.

Y nos lo dijo así, tranquilamente, sin torcer el gesto ni ruborizarse lo más mínimo. Él, que según Newtral, cobra 315.428 euros año, es decir 26.285 euros al mes. Él, que en 2018 fue multado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores con 30.000 euros por usar información privilegiada en la venta de acciones de la compañía Abengoa, de la que era consejero. Multa, por cierto, que admitió y pagó sin recurrir. Claro que después dijo que tampoco había sido para tanto, que habían sido 9.000 eurillos de nada. La cara dura de este hombre no tiene límites.

También nos ha invitado estos días a apretarnos el cinturón la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Otra que tal baila. Me gustaría saber cuánto dinero de los Presupuestos ingresa ella anualmente por los diferentes conceptos y en sus diferentes cuentas. Le invito a que me lo diga señora Calviño. No me extrañaría que fueran, igual que el señor Borrell, varios cientos de miles.

Así da lecciones cualquiera. Pero puestos a aleccionar, ¿por qué no predican con el ejemplo? Podrían ustedes apretarse el cinturón y, por ejemplo, prescindir del coche oficial. O de algunos de las muchas prevendas que su cargo conlleva. Pero no, eso es intocable. Mejor que el ciudadano de a pie, que las pasa canutas para pagar la factura de la luz, use menos la calefacción. Mal saben ustedes, señores del Gobierno, que son cientos y cientos de miles de familias en España las que este invierno no se han podido permitir el lujo -porque ahora mismo lo es- de enchufar siquiera la calefacción. ¿Cuánto más quieren que la baje?

En la situación en la que nos encontramos ahora mismo no cabe otra que eliminar los impuestos a los suministros básicos. Bajarlos mínimamente, como ahora se anuncia, no sirve de nada, porque seguiremos dejando de ser competitivos.

En los últimos meses los suministros esenciales han triplicado sus precios. Pero si yo, empresario, incremento el precio de mis productos o de mis servicios en esa misma proporción, me salgo del mercado y nadie me los va a requerir.

He ahí la paradoja. ¿Qué hago?¿Sigo produciendo o trabajando aún a sabiendas de que voy a perder dinero? Evidentemente, eso es inviable, incluso a corto plazo. La única solución posible pasa por eliminar totalmente la carga impositiva a los suministros básicos, que son los que nos permiten seguir funcionando y sosteniendo la economía. De lo contrario, la debacle será absoluta. Mucho peor que la generó la crisis del covid, no lo duden.

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