Opinión

Hay debate... y quizá también sorpresas

A LA hora de escribir estas líneas aún no ha tenido lugar ninguno de los debates televisivos entre los candidatos de las cuatro principales fuerzas con representación en el Congreso de los Diputados. No me es posible valorar por tanto una de las cuestiones que más me inquietan estos días: hasta qué punto influirán estos dos debates en ese 40% de españoles que a estas alturas aún se manifiestan indecisos respecto a su voto.

Porque yo creo en los debates. Y creo que hay debate. Mucho. Quizá más del que reflejan las encuestas. Por otra parte tan poco de fiar, como dan fe los desatinos demoscópicos con los que se saldaron otras recientes contiendas electorales. Nunca me he caracterizado por mis dotes de adivino pero esta vez me atrevo a pronosticar que el domingo a la noche quizá nos llevemos más de una sorpresa.

Sea como fuere, cuando dentro de una semana esta sección vuelva a asomar a estas páginas estaremos ante un escenario político seguramente muy distinto al que contemplamos hoy.

Nunca ha sido mi intención hacer apología política y mucho menos lo haré en una semana electoral. Pero sí que hay una serie de cuestiones comunes que quienes estamos en el mundo mercantil reclamamos con urgencia a quien corresponda a partir del domingo.

La primera, y fundamental, es contar con un escenario político estable. Si el resultado de las urnas genera convulsión e incertidumbre lo vamos a pagar caro. Lo que las empresas españolas necesitan en este momento es todo lo contrario: serenidad y certidumbre. Dos factores claves para afrontar los muchos e importantes retos a los que nos vamos a enfrentar en los próximos años.

Otra de las exigencias prioritarias es la de hacer este país más competitivo. No podemos seguir perdiendo el tiempo en luchas internas que nos debilitan y despistan nuestra atención, porque una situación así, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, lo que provoca es que vengan de fuera a robarnos la cartera.

Lógicamente, ser más competitivos requiere un ajuste de la carga impositiva y de determinados costes, principalmente de aquellos más básicos (energía, comunicaciones…), para que las empresas puedan disponer de recursos e invertir.

Gobierne quien gobierne debemos exigir que nunca se deje de lado el compromiso no solo de mantener sino de mejorar servicios como la educación y la sanidad, a los que tantas veces los Gobiernos, sean del color que sean, dan la espalda una vez que han alcanzado el poder.

Por último sugiero que al igual que el domingo vamos a ir a votar a nuestros representantes según circunscripción provincial se utilice también esa misma distribución provincial para la reasignación de inversiones, ya que genera muchas menos desigualdades que la redistribución por autonomías.

Antes de ir a votar el domingo voy a ver los dos debates, claro que sí. Con sumo interés. Me irrita cuando escucho decir a alguien que "pasa de la política". Gran error. No debemos ni podemos pasar de la política porque, desde luego, ella no pasa de nosotros.

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