Opinión

El enemigo del pequeño comercio no viene de lejos

El hijo de la tonadillera habla en "Viva la vida": «Si se muere, me deja un pufo de por vida»

SOY UN defensor a ultranza del pequeño comercio. No solo ahora, como consecuencia de la crisis del covid-19. Lo he venido siendo desde siempre. Hasta el punto de que, en buena medida, mi actividad como representante de diversas entidades empresariales ha derivado siempre de mi voluntad de defensa de los intereses de los pequeños comerciantes. Entre los que, por supuesto, me incluyo.

Se habla mucho en estos días de la complicada situación que está viviendo la hostelería. Pero muy poco de la no menos complicada que padece el comercio. Es cierto que a día de hoy los bares, restaurantes y locales de ocio nocturno de nuestras ciudades están cerrados. Pero a cambio reciben ayudas. Y los comercios están abiertos, aunque con tremendas dificultades para atraer clientes debido a las restricciones de la movilidad y a la actual situación económica. Y sin ningún tipo de compensación.

También estoy convencido de que la hostelería se recuperará mucho antes que el comercio de este batacazo. En cuanto finalicen las restricciones y, en cierta medida, se normalice la situación, la hostelería volverá a ser lo que era. Porque querremos vivir de nuevo esas experiencias. Pero no ocurrirá lo mismo con el comercio. La gente no va a volver a las tiendas tan fácil ni tan rápido como va a volver al restaurante o al bar.

Es por ello que urge dinamizar la actividad comercial y, tan importante como eso, liberar a los comerciantes de lesivas cargas que pueden llevarlos a no poder mantener sus negocios.

He escuchado estos días a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cargar contra Amazon y pedir un boicot a este tipo de plataformas de venta online. Pues bien, no seré yo quien haga apología de este tipo de empresas multinacionales, pero creo que el verdadero enemigo de los comerciantes lo tenemos mucho más cerca. Si Ada Colau quiere en verdad apoyar y ayudar a los comerciantes de su ciudad, déjese de boicots y promulgue una exención fiscal que libere a esos empresarios de determinadas cargas impositivas, como el Impuesto de Actividades Económicas o el IBI.

Esas son las medidas auténticamente eficaces que deben tomar las Administraciones. No solo las municipales sino todas. Es inconcebible e indignante que los comerciantes sigamos pagando costes de suministros esenciales como la energía eléctrica o las telecomunicaciones con un IVA del 21%. Eso es lo que hay que revisar y dejarse de boicots. Liberen al comercio local de esas cargas impositivas para que sea más competitivo y así podremos articular herramientas para competir contras los gigantes del comercio on line. Porque para competir contra Amazon tenemos bazas: la proximidad, el trato personal, la confianza, el generar riqueza en el territorio... Contra quien nunca podremos competir es contra las Administraciones que nos fríen con sus impuestos, incluso en momentos como estos, en los que prácticamente todos hemos renunciado a obtener beneficios y convertido a la supervivencia de nuestros negocios y nuestros puestos de trabajo, no ya en el principal, sino prácticamente en nuestro único caballo de batalla.

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